Escrito el 8 (21) de octubre de 1917. |
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De la colección:
Primera edición 1980
págs. 467-70.
La presente versión ha sido realizada sobre la base de diversas ediciones en lengua castellana y confrontada con el original ruso.
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    Escribo estas líneas el 8 de octubre, con poca esperanza de que lleguen a manos de los camaradas de Petersburgo para el 9. Es posible que lleguen ya tarde, pues el Congreso de los Soviets de la región del Norte está convocado para el 10 de octubre. Intentaré, sin embargo, acudir con mis "Consejos de un espectador" para el caso de que la acción probable de los obreros y soldados de Petersburgo y de todos sus "alrededores" se realice pronto, pero no se haya realizado todavía.
    Que todo el Poder debe pasar a los Soviets, es evidente. Asimismo debe ser indiscutible para todo bolchevique que un Poder revolucionario proletario (o bolchevique, pucs hoy es uno y lo mismo), tendría aseguradas las mayores simpatías y el apoyo abnegado de los trabajadores y explotados del mundo entero en general, de los países beligerantes en particular y, sobre todo, entre los campesinos rusos. No hay para qué detenerse en estas verdades, conocidas por todo el mundo y probadas desde hace ya mucho tiempo.
    Sí, hay que detenerse, en cambio, en algo que seguramente no está del todo claro para todos los camaradas, a saber: que el paso del Poder a los Soviets significa hoy, en la práctica, la
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insurrección armada. Podría creerse que esto es algo evidente, y sin embargo, no todos se han parado ni se paran a meditarlo. Renunciar hoy a la insurrección armada equivaldría a renunciar a la consigna más importante del bolchevismo (todo el Poder a los Soviets) y a todo el internacionalismo revolucionario proletario en general.
    Pero la insurrección armada es una forma especial de la lucha política, sometida a leyes especiales, que deben ser profundamente analizadas. Carlos Marx expresó esta verdad de un modo muy tangible al escribir que "la insurrección armada es, como la guerra, un arte ".
    Marx destaca entre las reglas más importantes de este arte las siguientes:
    1. No jugar nunca a la insurrección, pero una vez empezada estar firmemente convencido de que es necesario ir hasta el final.
    2. Hay que concentrar en el lugar decisivo y en el momento decisivo una gran superioridad de fuerzas, porque, de lo contrario, el enemigo, mejor preparado y organizado, aniquilará a los insurrectos.
    3. Una vez comenzada la insurrección, se debe proceder con la mayor decisión y pasar obligatoria e incondicionalmente a la ofensiva. "La defensiva es la muerte de la insurrección armada".
    4. Hay que esforzarse por sorprender al enemigo, hay que aprovechar el momento en que sus tropas se hallen dispersas.
    5. Hay que esforzarse por obtener éxitos diarios por pe queños que sean (incluso podría decirse a cada hora, si se trata de una sola ciudad), manteniendo a toda costa la "superioridad moral ".
    Marx resume las enseñanzas de todas las revoluciones, en lo que a la insurrección armada se refiere, citando las pala-
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bras de "Dantón, el más grande maestro de táctica revo lucionaria que hasta hoy se conoce: audacia, audacia y siempre audacia"[310].
   
Aplicado a Rusia y a octubre de 1917, esto quiere decir: ofensiva simultánea, lo más súbita y rápida posible, sobre Petersburgo, indefectiblemente de fuera y de dentro, de los barrios obreros, de Finlandia, de Revel, de Cronstadt, ofensiva de toda la flota y concentración de una superioridad gigantesca de fuerzas contra nuestra "guardia burguesa" (los cadetes militares), formada por unos 15.000 ó 20.000 hombres (acaso más), contra las tropas de nuestra "Vendée"[311] (una parte de los cosacos), etc.
   
Combinar nuestras tres fuerzas principales, la flota, los obreros y las unidades militares, de tal modo, que, por encima de todo, podamos ocupar y conservar, cualquiera que sea el número de bajas que ello nos cueste: a) teléfonos; b) telégrafos; c) las estaciones ferroviarias y d) los puentes en primer término.
   
Seleccionar a los elementos más decididos (nuestras "tropas de choque" y la juventud obrera, así como a los mejores marineros) y formar con ellos pequeños destacamentos destinados a ocupar los puntos más importantes y a participar en todos los sitios en las operaciones de más importancia, como por ejemplo:
   
Cercar y aislar a Petersburgo, apoderarse de la ciudad mediante un ataque combinado de la flota, los obreros y las tropas: he aquí una misión que requiere habilidad y triple audacia.
   
Formar, con los mejores obreros, destacamentos armados de fusiles y bombas, para atacar y cercar los "centros" del enemigo (colegios militares, telégrafos y teléfonos, etc.). La
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consigna debe ser: antes morir todos que dejar pasar al enemigo.
   
Esperemos que, si se decide la insurrección, los jefes aplicarán con éxito los grandes preceptos de Dantón y Marx.
   
El triunfo de la revolución rusa y de la revolución mundial depende de dos o tres días de lucha.
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pág. 679
[310]
Véase F. Engels, "La revolución y contrarrevolución en Alemania", XVII. La insurrección. (C. Marx y F. Engels, Obras Completas, t. VIII.)
[pág. 469]
[311]
Vendée: provincia de Francia en donde surgió la sublevación contrarrevolucionaria del período de la revolución burguesa francesa de finales del siglo XVIII. La contrarrevolución fue dirigida por aristócratas y católicos con la utilización de los campesinos atrasados.
[pág. 469]
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