* Editorial escrito por el camarada Mao Tsetung para Diario del Pueblo.
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Hay actores que nos dan una imagen viva cuando representan personajes negativos, pero nunca cuando interpretan papeles positivos, caso en el cual act™an de manera afectada, sin naturalidad. Ciertamente, es algo muy difÌcil. 0 el viento del Este prevalece sobre el viento del Oeste, o el viento del Oeste prevalece sobre el viento del Este; no hay lugar a conciliaciÛn en cuanto a la cuestiÛn de la lÌnea. Muchos de los redactores y reporteros est·n acostumbrados a los viejos carriles, y no les es nada f·cil cambiar de golpe. Pero, frente al cariz que han tomado las cosas, se han visto obligados a cambiar, aunque a regaÒadientes, sin nada de alegrÌa. Decir que este cambio es f·cil y agradable no es m·s que una fÛrmula com™n de cortesÌa. Esto es humano y debe ser disculpado. Pero grave sÌ es el caso de la redacciÛn de Wenjui Pao, la que, habiendo actuado como comandante cuando ese periÛdico seguÌa la orientaciÛn burguesa, lleva sobre sus hombros un pesado fardo del que no puede sacudirse f·cilmente. Respecto de si hay o no otro comandante por encima, los defensores dicen que no, mientras los acusadores dicen que sÌ y como tal seÒalan por su nombre a Luo Lung-chi, perteneciente a la alianza Chang-Luo. En medio de estos dos comandantes, hay un tercero: Pu Si-siu, una generala muy capaz, que tiene a su cargo la oficina de Wenjui Pao en PekÌn. La gente dice que Luo Lung-chi, Pu Si-siu y la redacciÛn de Wenjui Pao conforman en este periÛdico la cadena de mando de los derechistas de la Liga Democr·tica.
   
La Liga Democr·tica ha jugado un papel especialmente pernicioso en el curso de la competencia entre cien escuelas y de la campaÒa de rectificaciÛn. Ha obrado en Forma organizada y con un plan, un programa y una lÌnea que la apartan del pueblo y que est·n dirigidos contra el Partido Comunista y el socialismo. El Partido Democr·tico de Campesinos y Obreros ha procedido exactamente del mismo modo. Estos dos partidos se condujeron de manera particularmente visible en la reciente furiosa tormenta. Quien la desatÛ fue la alianza Chang-Luo. Otros partidos tuvieron, asimismo, su porciÛn en esa tormenta, y algunos de sus miembros tambiÈn se portaron muy mal, pero Èstos son relativamente pocos y no cuentan con una cadena de mando tan evidente. En cuanto a los miembros de la Liga Democr·tica y del Partido Democr·tico de Campesinos y Obreros, no son todos, ni la mayorÌa, los que est·n comprometidos. En fin de cuentas, no son m·s que un puÒado de personas -- los derechistas burgueses destacados -- quienes desataron tormentas, agitaron las aguas, conspiraron a puerta cerrada, encendieron hogueras en las entidades de base, efectuaron
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contactos a niveles altos y bajos y armaron mecanismos de resonancia por todas partes, suponiendo que reinaba un caos general propicio a su objetivo final de reemplazar gradualmente al Partido Comunista y coronar con Èxito su gran empresa. Entre los miembros de esos partidos, algunos mantuvieron la mente l™cida, muchos otros fueron embaucados y sÛlo unos cuantos se erigieron en espina dorsal del ala derecha. Como espina dorsal, a pesar de ser pocos, mostraron gran capacidad de maniobra. Negros nubarrones aparecidos s™bitamente se agitaron durante toda la primavera en el cielo de China, y este fenÛmeno fue originado por la alianza Chang-Luo.
   
La AsociaciÛn de Periodistas ha acelerado dos reuniones: La primera constituye una negaciÛn, y la segunda, una negaciÛn de la negaciÛn; el que todo eso haya ocurrido en sÛlo algo m·s de un mes, refleja la rapidez con que ha cambiado la situaciÛn en China. Esas reuniones son ™tiles. En la primera, al plantearse la reaccionaria lÌnea periodÌstica burguesa, "negros nubarrones se cernÌan sobre la ciudad amenazando aplastarla", pero en la segunda, iniciada hace unos dÌas, ha cambiado la atmÛsfera: Puede decirse que la mayorÌa de los concurrentes ha encontrado la orientaciÛn justa, aunque los derechistas siguen resistiendo con obstinaciÛn.
   
Wenjui Pao hizo una autocrÌtica el 14 de junio reconociendo que habÌa cometido ciertos errores. Est· bien hacer autocrÌtica, eso lo aplaudimos. Sin embargo, a nuestro juicio, aquella autocrÌtica tuvo una insuficiencia, una insuficiencia de car·cter sustancial. Es decir, en lo esencial, Wenjui Pao no ha hecho autocrÌtica. Al contrario, en su editorial de esa fecha, hizo una apologÌa de sus errores. Dijo: "TenÌamos una comprensiÛn unilateral e incorrecta de la polÌtica del Partido sobre la competencia de ideas y la apertura de opiniones, creyendo que con sÛlo estimular Èstas incondicionalmente ayud·bamos al Partido en su campaÒa de rectificaciÛn y que afectarÌamos su curso si public·bamos opiniones positivas en mayor cantidad o contracritic·bamos las opiniones errÛneas." ¿Fueron asÌ las cosas? No. En la primavera, al aplicar la polÌtica anticomunista, antipopular y antisocialista dictada por la direcciÛn central de la Liga Democr·tica, Wenjui Pao emprendiÛ desenfrenados ataques contra el proletariado, marchando al galope en direcciÛn contraria a la polÌtica del Partido Comunista. La polÌtica que aplicÛ consistÌa en desquiciar al Partido Comunista y crear un caos general, con el propÛsito de suplantarlo. ¿Significaba esto en verdad "ayudar en la campaÒa de rectificaciÛn"? No, eso era mentira, un verdadero fraude. ¿Fue errÛneo abstenerse de dar a la publicidad
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durante un tiempo puntos de vista positivos o sÛlo hacerlo en pequeÒa medida y no contracriticar las opiniones errÛneas? Fue eso exactamente lo que, entre el 8 de mayo y el 7 de junio, hicieron nuestro periÛdico y los dem·s Ûrganos del Partido Comunista siguiendo las instrucciones del ComitÈ Central. La finalidad fue permitir que ogros y espectros, monstruos y demonios "hicieran uso de la gran competencia de ideas y la gran apertura de opiniones" y dejar crecer sin trabas las hierbas venenosas, de manera que el pueblo, alarmado ante la existencia de especies tan repulsivas en el mundo, pusiera manos a la obra para terminar con ellas. En otras palabras, el Partido Comunista habÌa previsto que era inevitable esta lucha de clases entre la burguesÌa y el proletariado. PermitiÛ que la burguesÌa y los intelectuales burgueses desencadenaran esta guerra. Durante determinado tiempo, nuestra prensa se abstuvo de publicar artÌculos con puntos de vista positivos o publicÛ pocos y no replicÛ a los furibundos ataques de los reaccionarios derechistas burgueses; por lo que se refiere a las organizaciones del Partido en todas las entidades oficiales y centros docentes que se hallaban en campaÒa de rectificaciÛn, tambiÈn se abstuvieron, durante ese mismo tiempo, de repeler dichos ataques. Todo ello para permitir que las masas vieran con nitidez quiÈnes hacÌan crÌticas bien intencionadas y quiÈnes "crÌticas" malÈvolas, y asÌ acumular fuerzas con vistas a un contraataque cuando se presentara la coyuntura. Hay quienes dicen que Èsta es una estratagema solapada. Nosotros decimos que es una estratagema abierta, pues habÌamos advertido con anticipaciÛn al enemigo: Los monstruos y demonios sÛlo pueden ser liquidados cuando aparecen en escena, y las hierbas venenosas sÛlo pueden ser escardadas cuando salen a la superficie. ¿No escardan los campesinos varias veces al aÒo? Adem·s, las hierbas escardadas pueden servir de abono. Los enemigos de clase buscar·n, sin duda alguna, oportunidades para manifestarse. No se resignar·n a ver perdido su reino y comunizados sus bienes. Por m·s que el Partido Comunista advierta de antemano a sus enemigos y les dÈ a conocer su estrategia b·sica, Èstos no dejar·n de lanzar ataques. La lucha de clases es una realidad objetiva, independiente de la voluntad del hombre. Esto significa que es inevitable. Aunque el hombre lo quiera, no es posible eludirla. Lo ™nico que Èl puede hacer es guiarla de acuerdo al desarrollo de las cosas, para conseguir la victoria. ¿Por quÈ los reaccionarios enemigos de clase se arrojaron por sÌ mismos en la red? Es que ellos son grupos sociales reaccionarios, que, cegados por el af·n de lucro,
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tomaron por inferioridad absoluta la absoluta superioridad del proletariado. Prendiendo fuego por todas partes, soliviantarÌan a los obreros y campesinos; los dazibao de los estudiantes facilitarÌan la toma de los centros docentes; la gran competencia de ideas y la gran apertura de opiniones crearÌan una situaciÛn explosiva; el caos general se producirÌa en cosa de instantes, y entonces el Partido Comunista se acabarÌa en un dos por tres: AsÌ fue como Chang Po-chün apreciÛ la situaciÛn el 6 de junio ante seis profesores de PekÌn. ¿No era esto estar cegado por el af·n de lucro? AquÌ "lucro" significa usurpaciÛn del Poder. Ellos tienen en sus manos no pocos periÛdicos, uno de los cuales es Wenjui Pao. Este diario actuÛ siguiendo la reaccionaria polÌtica arriba mencionada; sin embargo, el 14 de junio tratÛ de engaÒar al pueblo, fingiendo haber procedido de buena fe. Dijo entonces: "Esta errÛnea comprensiÛn se debiÛ a que en nuestras mentes a™n restan ideas burguesas sobre la labor periodÌstica." ¡Falso! Este "restan" debe sustituirse por "abundan". ¿Fueron suficientes unos restos de ideas burguesas para que ese periÛdico sirviera durante meses como portavoz de los reaccionarios en sus desenfrenados ataques al proletariado y cambiara su orientaciÛn anterior por otra contraria al Partido Comunista, al pueblo y al socialismo, es decir, por una orientaciÛn burguesa? ¿QuÈ lÛgica es Èsta? De una premisa particular se deduce una conclusiÛn general: Tal es la lÛgica de Wenjui Pao. Hasta la fecha, este diario no se ha mostrado dispuesto a criticar ese c™mulo de reaccionarias informaciones, contrarias a los hechos, que ha publicado, ni la profusiÛn de puntos de vista reaccionarios que han aparecido en sus p·ginas, ni la reaccionaria diagramaciÛn que ha utilizado ampliamente como medio para atacar al proletariado. Un caso diferente es el de Sinmin Pao, que ha hecho muchas autocrÌticas bastante serias. CometiÛ errores menos graves que Wenjui Pao y los corrigiÛ concienzudamente tan pronto como se dio cuenta de ellos, lo que demuestra el sentido de responsabilidad de su personal directivo y de redacciÛn hacia la causa del pueblo; de este modo, empezÛ a actuar libre de apuros ante sus lectores. ¿A dÛnde ha ido a parar el sentido de responsabilidad de Wenjui Pao ? ¿Cu·ndo empezar· a hacer lo que ha hecho Sinmin Pao ? Las deudas tienen que ser saldadas. ¿Cu·ndo comenzar· Wenjui Pao a saldar las suyas? Al parecer, las autocrÌticas de Sinmin Pao han creado un montÛn de espinosos problemas a Wenjui Pao. Los lectores preguntar·n: ¿Cu·ndo ser· que Wenjui Pao se ponga al par de Sinmin Pao ? Wenjui Pao se encuentra ahora en grandes apuros. Antes de
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que Sinmin Pao se autocriticara, Wenjui Pao parecÌa que a™n podÌa, mal que bien, arregl·rselas por alg™n tiempo; pero, despuÈs de ello, los dÌas se le han tornado difÌciles. De una situaciÛn apurada se puede pasar a la libertad de acciÛn, y esto presupone seguir el ejemplo de Sinmin Pao haciendo concienzudamente lo que Èste ha hecho.
   
Volvamos ahora al tÈrmino "derechistas burgueses". Los derechistas burgueses son los reaccionarios burgueses arriba mencionados que se oponen al Partido Comunista, al pueblo y al socialismo. Esta es una definiciÛn cientÌfica, que concuerda con la realidad. Ellos no son m·s que un puÒado de individuos que se encuentran en los partidos democr·ticos, entre los intelectuales, capitalistas y estudiantes, asÌ como en el Partido Comunista y la Liga de la Juventud. Salieron a la luz en la reciente tormenta. Constituyen una Ìnfima minorÌa, pero tienen fuerza en los partidos democr·ticos, sobre todo en algunos de ellos, y no se les debe subestimar. Estas gentes no sÛlo hablan, sino que act™an; son culpables y en su caso no cabe el principio de "no culpar a nadie por el hecho de hablar". Ellos no sÛlo se han manifestado de palabra sino tambiÈn de obra. ¿Habr· que castigarlos seg™n la ley? Parece que el momento actual no lo exige, pues el Estado popular est· bien consolidado y, adem·s, muchos de ellos son figuras de alto vuelo. Se les puede tratar con clemencia, sin recurrir al castigo. En general, basta llamarlos "derechistas" en lugar de reaccionarios. Los ™nicos exceptuados ser·n aquellos que rehusen enmendarse a pesar de repetidas advertencias y contin™en con sus actividades de sabotaje en violaciÛn de la ley penal; estos deben ser castigados. A los derechistas tambiÈn se les puede aplicar estos principios: sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro y tratar la enfermedad para salvar al paciente, y convertir los factores negativos en positivos. Hay otro tipo de derechistas: los que Formulan declaraciones pero no pasan a los hechos. Aunque sus declaraciones son parecidas a las de los derechistas arriba mencionados, no llevan a cabo actividades de zapa. Respecto a ellos, hay que proceder todavÌa con mayor clemencia. Sus errÛneos pronunciamientos deben ser refutados cabalmente y sin contemplaciones, pero hay que permitirles que se reserven sus opiniones. A los derechistas de todos los tipos arriba mencionados se les debe permitir que sigan gozando de libertad de palabra. Para un gran Estado ya consolidado, no es nada perjudicial conservar un min™sculo grupo de personas como Èstas, una vez que sus errores son conocidos por las amplias masas. Hay que tener claro que los derechistas son gentes que nos educan por
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ejemplo negativo. En este sentido las hierbas venenosas tienen su mÈrito, el cual reside precisamente en que contienen veneno y, al regarlo, han hecho daÒo al pueblo.
   
El Partido Comunista prosigue su campaÒa de rectificaciÛn, y los partidos democr·ticos tambiÈn han comenzado la suya. Ahora, cuando el pueblo ha repelido los furibundos ataques de los derechistas, la campaÒa de rectificaciÛn ya puede desarrollarse de manera feliz.