Del
Obras Escogidas de Mao Tsetung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1977
PEKIN
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16-18 de septiembre de 1953
1. ¿Es el señor Liang Shu-ming un "hombre de integridad moral"? ¿Qué papel jugó en los momentos de las negociaciones de paz?
    El señor Liang se califica a sí mismo de "hombre de integridad moral", la prensa reaccionaria de Hongkong dice que el señor Liang es un "hombre de la mayor integridad moral" en el territorio continental y las radioemisoras de Taiwán, a su vez, lo ponen por las nubes. Señor Liang, ¿tiene usted realmente "integridad moral"? Si es así rinda cuenta de sus antecedentes ante todos: Diga cómo combatía al Partido Comunista y al pueblo, cómo mataba a la gente con la pluma y qué tipo de relaciones mantenía con Jan Fu-chü, Chang Tung-sun, Chen Li-fu y Chang Chün. Todos ellos son íntimos amigos suyos en cambio, yo no tengo tantos amigos. Ellos lo acogen con derroche de euforia, tratándolo de señor, mientras que a mí me tildan de "bandido". Esto me hace sospechar de cuál es el partido, de cuál es la facción con la que usted está. No sólo yo, sino también muchos otros abrigan esta sospecha.
   
Por la intervención que el Primer Ministro Chou En-lai acaba de hacer, todos ustedes han podido ver cómo en las coyunturas cruciales y de las negociaciones de paz que en dos ocasiones sostuvimos con el Kuomintang, el señor Liang asumió una posición de completa ayuda a Chiang Kai-shek. Era hipócrita la conformidad de Chiang Kai-shek con la apertura de negociaciones de paz. Aquí mismo se hallan presentes algunas de las personas que vinieron como representantes a las negocia-
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ciones de paz de Pekín; cualquiera de ellas puede dar testimonio de la autenticidad o hipocresía de la paz prometida por Chiang Kai-shek.
   
Para decir la verdad, Chiang Kai-shek mata a la gente con el fusil y Liang Shu-ming, con la pluma. Hay, en efecto, dos maneras de matar: una con el fusil y la otra con la pluma. La manera más hábilmente disimulada de matar, matando sin sacar sangre, es con la pluma. Liang Shu-ming es un asesino de esta especie.
   
Liang Shu-ming es reaccionario hasta la médula, pero lo niega rotundamente y, más aún, se atribuye a sí mismo una hermosura extraordinaria. El no es como el señor Fu Tsuo-yi. El señor Fu reconoce públicamente que fue reaccionario hasta la médula, no obstante haber prestado servicios al pueblo al contribuir a la liberación pacífica de Pekín. ¿Cuáles son los servicios que usted, Liang Shu-ming, ha prestado? ¿Qué servicios ha rendido al pueblo durante toda su vida? ¡Ni una pizca, ni una migaja de servicio! Sin embargo, usted se autorretrata con los perfiles de una beldad extraordinaria, sin igual en el mundo, que hace palidecer a Si Shi y Wang Chao-chün y que puede rivalizar con la concubina imperial Yang.
   
2. Liang Shu-ming ha elucubrado eso de "noveno cielo y noveno infierno", afirmando que "los obreros están situados en el noveno cielo, mientras que los campesinos se hallan en el noveno infierno" que "los obreros tienen sindicatos en los que pueden confiar, mientras que no son dignas de confianza las asociaciones campesinas; no lo son tampoco el Partido, la Liga de la juventud ni la Federación de Mujeres. Todos ellos se hallan por debajo de las normas de calidad y cantidad, e incluso son inferiores a la Asociación de Industriales y Comerciantes; de ahí la falta de confianza". ¿Puede llamarse esto "apoyo a la línea general"? No, ésta es una idea reaccionaria de cabo a rabo, totalmente reaccionaria. Lejos de ser razonable, es una observación reaccionaria. ¿Puede aceptar el Gobierno Popular semejante observación? Creo que no.
   
3. El señor Liang pide "estar más informado del contenido de los planes". Tampoco apruebo esta demanda. Por el contrario, cuando se trata de una persona como él, no debemos permitir que conozca muchos asuntos confidenciales; cuanto menos conozca, mejor.
   
Liang Shu-ming, usted es un sujeto que no merece confianza. A otras personas podemos darles a conocer más asuntos confidenciales, pero a usted no. Y no es necesaria su participación cuando se convoque a los partidos democráticos a reuniones más o menos restringidas.
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4. El señor Liang nos pide, además, que dejemos de clasificarlo en la categoría de los no progresistas, alegando que él, por el contrario, pertenece a la de los progresistas. ¿Qué debemos hacer al respecto? Pienso que debemos proceder con cautela y no hacerle ninguna promesa a la ligera. De otra manera, caeremos en su trampa.
   
5. El señor Liang se ha hecho un autorretrato muy hermoso, el de un hombre que desde hace décadas acaricia el grandioso sueño de construir el país en forma planificada, sueño que, según sus palabras, es muy cercano a la nueva democracia o al socialismo.
   
¿Es realmente un hombre tan hermoso? Difícil es afirmarlo. Lo conozco bastante bien; en ninguna de las ocasiones en que me he visto con él he dejado de criticar sus erróneas ideas. Le dije una vez en su propia cara que nunca creía en sus baratijas. A sus formulaciones anteriores de que "no existen clases en China", de que "el problema de China reside en una desarticulación cultural", de que se necesita "un gobierno transparente, incoloro"[1] y de que la "revolución china se ha originado sólo en causas externas y no en causas internas", ha agregado ahora brillantes tesis tales como las de "el noveno cielo y el noveno infierno", "el Partido Comunista ha echado por la borda a los campesinos" y "el Partido Comunista es menos digno de confianza que la Asociación de Industriales y Comerciantes". ¿Puedo creer en todo esto? No. Yo le dije una vez: La particularidad de China es la de ser un país semicolonial y semifeudal y, al negar este punto, usted hace el juego al imperialismo y al feudalismo. Por eso, nadie cree en sus baratijas. Todo el pueblo cree en el Partido Comunista, y nadie, salvo los reaccionarios y aquellos que tienen una mente ofuscada, lee sus libros ni escucha sus prédicas. Me parece que el señor Liang no está en contra de Chiang Kai-shek. Ya que yo no he leído todos sus artículos ni escuchado todas sus charlas, indaguen ustedes, por favor, si el señor Liang se ha manifestado alguna vez públicamente en contra de Chiang Kai-shek y de su reaccionario Kuomintang.
   
¿Está calificada una persona así para pedir a un Estado popular que le dé acceso a una mayor cantidad de planes y asuntos confidenciales? Creo que no. ¿Debemos acceder a su demanda? Pienso que tampoco.
   
6. El señor Liang pide, además, que lo ubiquemos en la categoría de los progresistas o revolucionarios, y no en la de los no progresistas o reaccionarios. Este es un problema de "calificación social"; ¿cómo debemos tratarlo? En vista de todo lo arriba mencionado, ¿podemos incluirlo en la categoría de los progresistas o revolucionarios? ¿Dónde
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está su progresismo? ¿En año alguno participó en la revolución? Por ello, tampoco debemos acceder así no más a esta demanda, y lo que conviene es esperar y observar.
   
7. En los últimos años, he recibido cierto número de cartas de las masas y oído comentarios en los cuales se plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué el Partido Comunista acepta como colaboradores a reaccionarios? Los reaccionarios a los que aluden son aquellos que nunca han querido manifestarse, ni en la prensa ni en las ocasiones públicas, contra el imperialismo, contra el feudalismo ni contra Chiang Kai-shek y su reaccionario Kuomintang, y cuya posición política no responde a los mínimos requisitos para ser funcionarios del Estado. Estos elementos son particularmente reacios a manifestarse en contra de Chiang Kai-shek, lo cual explica que las radioemisoras de Taiwán y la prensa de Hongkong los traten con tanta simpatía, sin injuriarlos nunca y llamándolos, por el contrario, "hombres de la mayor integridad moral" en el territorio continental. Entre ellos figura Liang Shu-ming. En cambio, a algunos amigos nuestros los calumnian e injurian sin medida. Aquellos a quienes Taiwán no injuria o incluso ensalza constituyen, desde luego, un puñado ; con todo, debemos ponerles mucha atención.
   
Hay cierto número de personas que, si bien pronuncian una que otra frase en contra del imperialismo, todavía hoy preferirían morir antes que manifestarse en contra de Chiang Kai-shek. Ni en la prensa ni en sus declaraciones públicas se atreven a tocar el pasado, por el cual siguen sintiendo cierta ternura. A mi juicio, no faltan individuos así.
   
Hay tres tipos de patriotismo: el verdadero, el falso y el vacilante, que es un patriotismo entre verdadero y falso. Cada quien sabe, en su fuero interno, el que profesa, y Liang Shu-ming no es una excepción. A aquellos que han roto de veras sus relaciones con el imperialismo y la pandilla de Taiwán, los acogemos con los brazos abiertos, por muy atrasados que sean. Estos son verdaderos patriotas. Los falsos patriotas son los que, tras ese sutil disfraz que lucen, esconden cosas muy diferentes del patriotismo. El tercer tipo lo constituyen los elementos vacilantes, cuyo patriotismo es mitad verdadero y mitad falso y que giran como veletas. Seguirán al Partido Comunista con tal que no estalle una tercera guerra mundial ni retorne aquí Chiang Kai-shek. Si estalla la guerra, concebirán otros planes. ¿Qué tipo de patriotismo abriga la mayoría de la gente? El verdadero patriotismo, al que, en estos últimos años, se vienen sumando cada vez más personas: El patriotismo entre verdadero y falso lo cultiva un pequeño número de
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elementos. Los falsos patriotas son muy pocos, pero los hay. Vean ustedes si es o no acertada esta apreciación.
   
8. Creo que hay un trabajo que Liang Shu-ming debería realizar. Este trabajo no es precisamente el de dirigir al Gobierno Popular, como "representante de los campesinos", una "invocación a la liberación" sino el de rendir claramente cuenta del proceso de evolución de sus ideas reaccionarias y antipopulares. Si puede explicar cómo combatía, en nombre de los terratenientes, al Partido Comunista y al pueblo y cómo ha pasado de la posición de representante de los terratenientes a la de "representante de los campesinos", si puede esclarecer este proceso de cambio y convencer a la gente, procederemos a definir en qué categoría hemos de clasificarlo. Pero la impresión que de él tengo es que nunca le ha pasado por la mente desechar su posición reaccionaria. A pesar de ello, con miras a tratar la enfermedad para salvar al paciente, propongo darle un plazo para que se haga un autoexamen y transferir su caso al Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política, sin que tengamos que definir ahora mismo su situación.
   
9. "El sentido de la vergüenza lo tienen todos." El que lo pierda, quedará desahuciado. ¿Quién va a creer que el señor Liang tiene un criterio superior al del Partido Comunista en el problema campesino? Eso hace recordar al profano que pretendía lucirse en el manejo del hacha frente al gran maestro carpintero Lu Pan. ¿No sería el colmo de la desvergüenza que uno dijera cosas como la de que "Mao Tsetung actúa mejor en la ópera que el señor Mei Lan-fang", o que "es más capaz que los Voluntarios del Pueblo Chino en la excavación de túneles", o que "sabe pilotear aviones mejor que el héroe de las fuerzas aéreas Chao Pao-tung"? Así, pues, el problema levantado por el señor Liang es un problema serio y frívolo a la vez, suena bastante ridículo. ¿No resulta ridícula su afirmación de que él es más representativo del campesinado que el Partido Comunista?
   
¿A quién representan, en fin de cuentas, todos esos "representantes del campesinado" que han surgido? ¿Al campesinado? Yo no lo creo, ni los campesinos lo creen tampoco. A quien ellos representan y ayudan es a la clase terrateniente. El más destacado de todos ellos es Liang Shu-ming, que, con lindas palabras siempre en los labios, no hace en realidad más que ayudar al enemigo. Algunos otros son elementos de ideas confusas y han dicho ciertas tonterías, pero son patriotas, pues su intención es hacer bien a China. Ellos pertenecen a una categoría y Liang Shu-ming pertenece a otra distinta. Hay personas más o menos
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como él que simulan ser "representantes del campesinado". Casos de simulación existen de veras; he aquí uno de ellos. Estas personas tienen cola de zorro, y todos pueden descubrirla. Al Rey Mono Sun Wu-kung, que era capaz de metamorfosearse en setenta y dos figuras distintas, se le dificultaba, sin embargo, ocultar su cola. Cierta vez en que adoptó la figura de un templo, se las ingenió para hacer pasar su cola por el asta de la bandera, pero, lamentablemente, ubicada detrás del templo. Al fin Yang Er Lang logró identificarlo. ¿Cómo pudo hacerlo? Precisamente por esa cola. En efecto, hay tal tipo de personas, que no pueden ocultar su cola por más que se camuflen.
   
Liang Shu-ming es un carrerista y un hipócrita. Su apoliticismo y su desinterés por los cargos oficiales son fingidos. Dice dedicarse a la llamada "construcción rural", pero ¿qué clase de "construcción rural" es ésta? ¡Es una construcción en favor de los terratenientes, es destrucción rural y ruina nacional!
   
10. A este hombre no se le puede tratar de modo serio. Nunca es posible aclarar con él ningún problema, pues carece de lógica y no dice más que desvaríos. Por eso, propongo transferir su caso al Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política para que lo discuta en sus reuniones quincenales y, al mismo tiempo, debo advertirles a ustedes que no abriguen ninguna esperanza de llegar a una solución real del problema. Este es imposible de resolver. El desenlace será: "Se discute sin llegar a decisiones, o si acaso se toman decisiones, no hay manera de ponerlas en práctica, y así se levanta la sesión sin ningún resultado" Con todo, aconsejo a ustedes que hagan una prueba en las reuniones quincenales, lo que es preferible a eso de "enviar un par de personas" á escuchar sus sermones.
   
11. ¿Queremos nosotros aprovechar esta oportunidad para romper con él y dejar de tratarlo en adelante? No. Siempre que él quiera mantener relaciones con nosotros, estaremos dispuestos a corresponderle. Hasta ahora es mi deseo que él sea reelegido en la II Sesión Plenaria de la Conferencia Consultiva Política como miembro de su Comité Nacional. Este deseo mío obedece al hecho de que ciertas personas, que no lo conocen a fondo, se mantienen de buen grado bajo su engaño, y en consecuencia él puede aún servir de material vivo de enseñanza; así, en el señor Liang subsisten condiciones para ser elegido miembro de ese comité, y será elegido a menos que él mismo no quiera utilizar la tribuna de dicha conferencia para propagar sus reaccionarias ideas. Como he dicho antes, Liang Shu-ming no ha prestado ningún servicio, no ha hecho nada positivo. ¿Ha hecho cosas positivas como las
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que hacen los industriales y comerciantes con el abastecimiento de productos y el pago del impuesto sobre la renta? No. ¿Ha hecho algo positivo para desarrollar la producción y hacer prosperar la economía? No. ¿Se sublevó alguna vez para pasarse al lado del pueblo? No. ¿Se ha opuesto en alguna ocasión a Chiang Kai-shek y al imperialismo? No. ¿Cuándo colaboró con el Partido Comunista de China para combatir al imperialismo y al feudalismo? Nunca. Por eso decimos que no ha prestado ningún servicio. Incluso frente a una lucha tan grandiosa como la resistencia a la agresión norteamericana y la ayuda a Corea, lo que hizo este individuo fue menear la cabeza en señal de desacuerdo, en vez de aprobarla. Siendo así, ¿por qué ha podido ser elegido miembro del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política? ¿Por qué el Partido Comunista de China lo ha postulado para ese puesto? La razón reside en que aún puede engañar a cierto número de personas, que aún juega un papel engañoso. Ha sido elegido precisamente debido a esta calidad de tramposo, que es todo lo que tiene.
   
A los ojos de Liang Shu-ming, aprobar sus tesis reconociendo que él está en lo correcto, significa tener "magnanimidad", y lo contrario es carecer de ella. Nosotros seguramente carecemos de esta clase de "magnanimidad", pero sí tenemos otra, la de permitirle a usted, Liang Shu-ming, que continúe en su puesto como miembro del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política.
   
12. A mi juicio, los defectos de Confucio eran justamente su falta de democratismo y de espíritu autocrítico, defectos que son más o menos los mismos del señor Liang. "Desde que tome a Tsi Lu como discípulo, nunca he oído hablar mal de mí"[2]; "el auditorio de Confucio estuvo lleno tres veces y vacío otras tantas"[3], y "Confucio ejecutó a Shaocheng Mao a los tres meses de su ascensión al Poder"[4]. Esto, reunido, raya en el estilo de los déspotas y huele a fascismo. Yo desearía que los amigos y, en particular, el señor Liang no siguieran los pasos de Confucio. Esto sería una cosa muy grata.
   
13. De aceptar el encumbrado programa trazado por el señor Liang, no sólo sería imposible construir el socialismo en China, sino que se produciría la hecatombe de los partidos (del Partido Comunista y los demás partidos) y de la nación. La línea que él preconiza es la línea burguesa. A propósito de Po Yi-po, los errores que cometió son un reflejo de la ideología burguesa en el Partido. Pero él es mejor que Liang Shu-ming.
   
Liang Shu-ming ha afirmado que los obreros están situados en "el noveno cielo", mientras que los campesinos se hallan en "el noveno
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infierno". ¿Cómo es la cosa en realidad? Es cierto que existe una diferencia, pues los obreros perciben un ingreso mayor que los campesinos; pero éstos, después de la reforma agraria, ya tienen su tierra y su techo y viven cada día mejor. Incluso hay campesinos que viven mejor que los obreros, en tanto que cierto número de obreros aún tropiezan con dificultades de subsistencia. ¿Cuáles son las medidas para aumentar los ingresos de los campesinos? Usted, Liang Shu-ming, ¿tiene alguna receta para ello? En su criterio, "el mal no está en la escasez sino en la distribución injusta"[5]. Si procediéramos según su receta, si, en lugar de procurar que los campesinos incrementen sus ingresos mediante sus propios esfuerzos en la producción, niveláramos los salarios de los obreros con los ingresos de los campesinos, dando a éstos la parte que se quitara a los obreros, ¿no arruinaríamos la industria china? Una nivelación como ésta acarrearía la hecatombe de la nación y de los partidos. No se imaginen ustedes que esta ruina afectaría exclusivamente al Partido Comunista, pues ella alcanzaría también a los partidos democráticos.
   
Usted dice que los obreros están situados en "el noveno cielo", pero usted mismo, Liang Shu-ming, ¿en qué cielo se halla? Está en el décimo, en el undécimo, en el duodécimo o en el decimotercer cielo, pues ¡gana mucho más que los obreros! Sin embargo, no propone rebajar, como primera medida, su sueldo sino los salarios de los obreros, y eso me parece injusto. Si de hacer justicia se trata, hay que rebajar primero su sueldo, porque ¡usted está situado más allá del "noveno cielo"!
   
Nuestro Partido ha propugnado la alianza obrero-campesina durante más de treinta años. El marxismo-leninismo siempre ha propugnado la alianza obrero-campesina, la cooperación obrero-campesina. En la actualidad, existen dos alianzas en China: la alianza de la clase obrera con el campesinado y la alianza de la clase obrera con los capitalistas, profesores universitarios, técnicos de alta categoría, generales sublevados del campo enemigo, jerarcas religiosos, partidos democráticos y personalidades democráticas sin partido. Una y otra son necesarias y deben seguir adelante. Pero, ¿cuál de las dos constituye la base, cuál es la más importante? La alianza de la clase obrera con el campesinado. Liang Shu-ming dice que la alianza obrero-campesina se ha ido a pique y que la construcción nacional no tiene futuro. Esto quiere decir que, si no acogemos sus ideas, no tendremos esperanza de mantener sobre rieles la alianza obrero-campesina ni la posibilidad de lograr éxitos en
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la construcción nacional y, en consecuencia, ¡el socialismo carecerá de porvenir! La que de veras no tiene porvenir es aquella "alianza obrero-campesina" que propugna Liang Shu-ming. Su línea es la burguesa. Si se la siguiera, la nación quedaría en la ruina, China volvería al viejo camino semicolonial y semifeudal y en Pekín se celebrarían mítines de bienvenida en honor de Chiang Kai-shek y de Eisenhower. Repito una vez más: ¡Jamás adoptaremos la línea de usted!
   
Según Liang Shu-ming, después de nuestra entrada en las ciudades hemos "olvidado" el campo, que ha quedado en el "vacío". Esto es sembrar la discordia. En los últimos tres años, nuestras energías estuvieron dedicadas principalmente al trabajo rural. Sólo en este año un número considerable de nuestros principales cuadros han comenzado a ser desplazados al trabajo urbano; sin embargo, la gran mayoría de los cuadros siguen trabajando en los distritos, territorios y cantones. ¿Cómo puede decir usted que nos hemos olvidado del campo?
   
Además, Liang Shu-ming ataca nuestro trabajo rural calificándolo de "atrasado", y a los cuadros de instancias inferiores los acusa de "violar la ley y la disciplina". Es cierto que en el campo existe lo que se considera cantones atrasados, pero ¿en qué proporción? Sólo en un 10 por ciento. ¿Y por qué son atrasados? Principalmente porque cierto número de reaccionarios, gendarmes y agentes secretos, cabecillas de las reaccionarias sociedades supersticiosas, malhechores y felones, terratenientes y campesinos ricos, se han hecho cuadros colándose por entre las alcantarillas y detentan el Poder en determinados cantones o aldeas, y algunos de ellos incluso se han infiltrado en el Partido Comunista. El 80 ó 90 por ciento de los cuadros que han violado gravemente la ley y la disciplina, está compuesto de elementos como los arriba mencionados, y sólo la porción restante son cuadros que han degenerado. Por eso, en los cantones atrasados, el asunto principal es golpear a los contrarrevolucionarios, mientras que a los cuadros que han degenerado hay que depurarlos. ¿Cuál es, a escala nacional, la proporción de los cantones buenos o relativamente buenos? Un 90 por ciento. Debemos tener una clara apreciación de esta situación y no dejarnos embaucar por Liang Shu-ming.
   
14. ¿Es que rechazamos los consejos y encubrimos los errores propios? Si las ideas del señor Liang pueden llamarse "consejos", declaro "que en efecto rechazamos los consejos". Pero no encubrimos los errores propios. Lo que hacemos es persistir en la dirección del proletariado en todo (los obreros, los campesinos, los industriales y comerciantes, las
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nacionalidades, los partidos democráticos, las organizaciones populares, la industria, la agricultura, lo político, lo militar, en una palabra, en todos los terrenos sin excepción) y persistir en el principio de unidad y lucha. Si usted quiere sondear nuestros propósitos, he aquí uno de ellos, que reviste un carácter fundamental. ¿Acaso es ésta una cosa de poca monta?
   
15. El problema de Liang Shu-ming asume una importancia nacional y, al igual que el de Po Yi-po, debe ser sometido a la discusión de todo el Partido y toda la nación. Hay que encontrar casos típicos de esta naturaleza y desplegar la crítica y la autocrítica. Discutamos nacionalmente la línea general.
   
Hay dos tipos de crítica: la autocrítica y la crítica. Respecto de usted, Liang Shu-ming, ¿a cuál de las dos debemos recurrir? ¿A la autocrítica? No. A la crítica.
   
La crítica a Liang Shu-ming no está dirigida a él como individuo, sino que es una denuncia, a través de su persona, de las ideas reaccionarias que él representa. A pesar de que Liang Shu-ming es un reaccionario, incluimos su caso en el marco de la transformación ideológica. Que él pueda o no remodelarse, es otra cosa. Es muy probable que resulte irremodelable. Pero poco importa que sea así, pues no se trata más que de un individuo. De todos modos, sostener un debate con él es útil. No hay que pensar que estamos desencadenando una tempestad en un vaso de agua, que no vale la pena debatir su caso. Un debate con él contribuirá a esclarecer el problema. Si alguna utilidad tiene Liang Shu-ming es precisamente ésta. ¿Qué problema es el que debatimos ahora? ¿Podrá ser alguno distinto al de la línea general? Para todos nosotros es provechoso tener claridad sobre este problema.
   
* Partes principales de la crítica que el camarada Mao Tsetung hizo a Liang Shu-ming en la 27.a Sesión del Consejo del Gobierno Popular Central, celebrada del 16 al 18 de septiembre de 1953 en Pekín. A ella asistieron como invitados los del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino que se hallaban entonces en Pekín.
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Apuntes sobre |
pág. 137
[1]
Con ese término Liang Shu-ming abogaba por un gobierno que no tuviera matices partidistas, que fuera un "cuerpo transparente, incoloro", colocado por encima de las clases.
[pág. 130]
[2]
Citado de Registros históricos, libro de los tiempos antiguos de China. Tsi Lu fue discípulo y, a la vez, guardaespaldas de Confucio. Desde que Confucio lo tomó a su servicio, nadie se atrevió a expresarle en la cara opiniones contrarias a las suyas.
[pág. 134]
[3]
Citado de "Sobre los buenos augurios", de Ensayos críticos, escrito por Wang Chung de la dinastía Jan. Según esta obra, en el Estado de Lu, mientras Confucio
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divulgaba ante sus discípulos su doctrina defensora del reaccionario régimen esclavista, Shaocheng Mao congregaba a la gente para propagar sus propias tesis. Los discípulos de Confucio iban frecuentemente a escuchar las conferencias de Shaocheng Mao, con lo que colmaban su auditorio, dejando vacío el de Confucio.
[pág. 134]
[4]
Citado de Registros históricos. Siendo ministro de Justicia del Estado de Lu, Confucio se desempeñó como Primer Ministro interino durante tres meses. En este período, mandó ejecutar a su adversario Shaocheng Mao.
[pág. 134]
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