De la colección:
Traducción del francés de Moisés Melo González
págs. 183-193.
    Este segundo documento se encuentra a la vez en el Wan-sui de 1967 y en el de 1969. El texto es idéntico en ambos volúmenes. En el Wan-sui de 1969, está precedido de una nota redactada así: "Este texto es el resumen de un importante discur so del presidente Mao en Cheghchow pronunciado a mediados de noviembre de 1958; se refiere a los Problemas económicos del socialismo en la URSS. Está redactado a partir de las notas de un solo camarada. Estas notas son incompletas y pueden contener errores o inexactitudes. Se publica el texto para servir de base de estudio y de referencia".
    En el Wan-sui de 1967, este documento está fechado en noviembre de 1959. Se trata sin duda de un error tipográfico pues se sabe por los demás textos de Mao que la primera conferencia de Chengchow tuvo lugar en noviembre de 1958 y la segunda en marzo de 1959.
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    Los comités provinciales y regionales del Partido deben estudiar este libro. Su lectura no ha dejado en el pasado una impresión profunda. En adelante conviene estudiarlo confrontándolo con la realidad china. En los tres primeros capítulos muchas cosas merecen retener nuestra atención. Muchas cosas descritas en estos capítulos son correctas. En ciertos pasajes es posible, sin embargo, que el mismo Stalin no haya logrado acertar. En el primer capítulo, por ejemplo, sólo dedica unas frases a las leyes objetivas y a la economía planificada sin desarrollar estos problemas. Quizá en su espíritu la economía planificada de la Unión Soviética reflejaba ya esas leyes objetivas. En cuanto a los problemas de la industria pesada, de la industria liviana y de la agricultura, la Unión Soviética ha prestado escasa atención a los dos últimos. Por ésto ha tenido que sufrir las consecuencias. Además, las relaciones entre el interés inmediato y el interés a largo plazo del pueblo están, entre los soviéticos, mal establecidas; esencialmente caminan con una sola pierna.
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Entre el Plan soviético y el Plan chino, ¿cuál es, al fin de cuentas, el más conforme con el desarrollo planificado y proporcionado? En fin, Stalin no destaca más que tecnología y los cuadros técnicos. Sólo quiere la técnica y los cuadros. Ignora la política y las masas. También aquí camina con una sola pierna. En el dominio de la industria pone el acento sobre la industria pesada y descuida la industria liviana. De nuevo camina con una sola pierna. En lo que concierne a la mutua relación entre los diferentes sectores de la industria pesada, Stalin no indica tampoco el aspecto esencial de la contradicción. Pone el acento en la industria pesada, diciendo que el acero es su base y las máquinas su corazón. En cuanto a nosotros, creemos que en el dominio de la agricultura la producción de cereales constituye el principio director; y que en el dominio de la industria es la producción de acero la que constituye el principio director. Considerando el acero como el principio director, procuramos la materia prima a nuestras industrias, y la industria mecánica se desarrolla en consecuencia. En el primer capítulo de su libro, Stalin plantea el problema y habla de las leyes ojetivas. Pero no da respuesta satisfactoria este problema.
    El segundo capítulo trata del problema de las mercancías y el tercero de la ley del valor. Yo estoy bastante de acuerdo con muchos de los puntos de vista que allí se expresan. Stalin divide la produc-
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ción en dos grandes categorías y afirma que los medios de producción no son mercancías. Esto merece ser estudiado. En China, en el sector de la agricultura, buen número de medios de producción deben considerarse aún como mercancías. En mi opinión, la última de las tres cartas de Stalin, colocadas como anexo de su libro expresa un punto de vista casi totalmente erróneo[1]. Se descubre allí una gran desconfianza respecto a los campesinos, así como la voluntad de no aflojar el control sobre las máquinas agrícolas. De un lado, Stalin dice que los medios de producción pertenecen al Estado, mientras de otro afirma que éstos son muy caros para los campesinos. En realidad se engaña a sí mismo. El Estado ejerce un control asfixiante sobre los campesinos y Stalin no ha encontrado el buen método y el camino correcto que lleven del capitalismo al socialismo y del socialismo al comunismo. Para él esto es una cosa sumamente embarazosa.
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    La forma mercancía es un legado del capitalismo. Provisionalmente debemos conservarla. El cambio de mercancías y la ley del valor no desempeñan un papel regulador en nuestra producción. En China, los que ejercen una función reguladora son la planificación, el Gran Salto adelante planificado y el principio de la primacía de la política. Stalin no habla más que de relaciones de producción. No habla ni de la superestructura ni de las relaciones entre ésta y la base económica. Entre nos otros, los cuadros participan en el trabajo manual y los obreros participan en la gestión de las empresas. Enviamos los cuadros a trabajar en el campo o en las fábricas a fin de formarlos. Abolimos las viejas reglas y los viejos sistemas. Todo esto tiene que ver con la superestructura, es decir, con la ideología. Stalin habla únicamente de economía; no aborda la política. Aunque mencione el trabajo voluntario, en realidad en su país nadie quiere sacrificarse trabajando una hora más. No habla del papel del hombre ni del de los trabajadores. Hay que saber que sin movimiento comunista es difícil llegar al comunismo. La expresión "todos para uno, uno para todos" no es apropiada porque allí sigue estando el uno. Algunos dicen que Marx empleó esta expresión. Aún si fuese cierto, no estamos obligados a hacer le propaganda. "Todos para uno" significa que todo el mundo trabaja para mi. "Uno para todos": ¿a cuántas personas podría servirles yo?
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    El poder legal de la burguesía se manifiesta en la enseñanza jurídica burguesa. Debemos destruir una parte de la ideología de este poder. Debemos resueltamente desembarazarnos de la actitud arrogante, de los tres malos estilos, de los cinco aires indeseables[2] y del desprecio hacia los simples trabajadores. Pero no hay que suprimir de un solo golpe la circulación de mercancías, la forma mercancía y la ley del valor, aunque también ellas pertenezcan a la burguesía. La tesis que preconiza su destrucción inmediata es errónea. En un momento en que hacemos propaganda para eliminar totalmente la ideología del poder legal de la burguesía, esta cuestión debe retener nuestra atención.
   
En una sociedad socialista, una minoría que comprende a los hacendados, los campesinos ricos, los elementos derechistas, etc., quiere promover y restaurar el capitalismo. Pero la muy grande mayoría del pueblo quiere progresar hacia el comunismo. Así como no se puede alcanzar el cielo de un solo salto, al comunismo hay que llegar etapa por etapa. En las comunas populares, por ejemplo, la producción de bienes destinados al consumo interno debe aumentarse y el cambio de mercancías debe desarrollarse conjuntamente. Hemos re-
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currido al cambio de mercancías y a la ley del valor como instrumentos para facilitar el desarrollo de la producción y el paso al comunismo. La China es un país en el que la producción mercantil está muy atrasada. El año pasado produjimos trescientos setenta mil millones de chin en cereales[3], de los que entre 80 y 90 mil millones fueron para el mercado. Fuera de los cereales, la producción de fibras vegetales para la industria como el algodón y el lino tampoco está muy desarrollada. Por esto necesitamos pasar por una etapa de desarrollo. Entre nosotros se encuentran actualmente muchos distritos en los que se suministra comida gratuitamente, de donde resulta la incapacidad de pagar salarios. En la provincia de Hopei, hay tres distritos que se encuentran en esta situación. Uno de los tres tiene posibilidades de pagar salarios, pero salarios muy débiles, tres o cinco yuan. Es por esto por lo que debemos desarrollar la producción, incluso de productos distintos a los cereales que puedan venderse a cambio de dinero líquido. En la conferencia de Sian sobre la agricultura, no hemos concedido suficiente atención a este problema. En resumen, en el plano de la producción para el mercado, la China es un país subdesarrollado que sin embargo se ha comprometido profundamente en el socialismo. Ciertamente debemos destruir una parte del poder legal
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de la burguesía. Pero aún hay que conservar la producción para el mercado y el cambio de mercancías. En la hora actual se piensa entre nosotros que cuanto más rapido se pase al comunismo tanto mejor será. Algunos incluso preconizan el paso al comunismo en tres o cuatro años. En el distrito de Fan, provincia de Shantung, por ejemplo se fijó ya en cuatro años este plazo. Más vale ir más lentamente.
   
Actualmente a ciertos economistas no les gusta la ciencia económica. Iarochenko[4], por ejemplo, está en este caso. Ahora, e incluso durante un cierto período en el porvenir, debemos ampliar los cambios de productos entre las comunas populares y aumentar aún más la producción mercantil. De otro modo no podrá asegurarse el pago de salarios, ni podrá mejorarse el nivel de vida. Ciertos camaradas cometen errores cada vez que tienen que resolver un problema atinente a las mercancías y a la producción mercantil. Hay que eliminar, cotidianamente, las leyes y los poderes de la burguesía: el sistema de calificación del trabajo, la jerarquía, la actitud negativa respecto a las ventajas del sistema de la distribución gratuita. . . En 1953 substituímos el sistema de remuneraciones
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al sistema de la distribución gratuita. Esta medida era esencialmente correcta, pero era un retroceso absolutamente necesario. Cometimos, sin embargo, una falta al ceder sobre el problema de la jerarquía. De allí resultó que, durante un cierto período, la gente se esforzase por ascender en la escala de la jerarquía. Sólo después de una campaña de rectificación se logró que este fenómeno perdiese su importancia. El sistema de la jerarquía refleja las relaciones entre padres e hijos, entre gatos y ratones. Hay que destruirlo día tras día. Enviar los cuadros al campo a trabajar en las granjas experimentales es uno de los métodos para transformar el sistema de la jerarquía. Sin la transformación de este sistema no hay Gran Salto adelante.
   
Los elementos de la burguesía pueden ser aceptados como miembros en las comunas populares urbanas. Pero guardan entonces su estatuto de clase.
   
¿Socialismo o comunismo? ¿En qué momento se puede decir que se ha concluído la construcción del socialismo? Hemos formulado dos criterios:
1. El logro de la construcción del socialismo se manifiesta por la aplicación general del sistema socialista de la propiedad de todo el pueblo.
2. Cuando el sistema de la propiedad de todo el pueblo haya reemplazado al sistema de la propiedad colectiva de las comunas populares.
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Algunos camaradas no están de acuerdo con que se haga una distinción entre estos dos sistemas de propiedad. Pretenden que lo que existe en las comunas populares no es más que el sistema de propiedad de todo el pueblo. En realidad hay dos sistemas: uno es el sistema de la propiedad de todo el pueblo como en la "Acería de Anshan"[5]; otro es el sistema de la propiedad de la gran colectividad de las comunas populares. Si se ignora esto, ¿para qué sirve pues, todavía, la edificación socialista? Stalin trazó una línea de demarcación entre los dos sistemas y preconizó tres condiciones para pasar al comunismo. Estas tres condiciones fundamentales no son malas.
   
Las dos primeras pueden resumirse como sigue: 1) aumento de la producción social; 2) paso del sistema de la propiedad colectiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo, substitución por un sistema de cambio de productos del sistema de cambio de mercancías, paso de la etapa del valor de cambio a la etapa del valor de uso. En China, estas dos condiciones significan: primero, aumentar enérgicamente la producción y desarrollar simultáneamente la industria y la agricultura manteniendo siempre el principio del crecimiento preferencial de la industria pesada; segundo, llevar el sistema de la propiedad de las pequeñas colectividades has-
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ta el nivel de la propiedad del pueblo entero. Están equivocados aquellos de entre nosotros que no quieren trazar la línea de demarcación y que pretenden que ya hemos entrado a la era del sistema de la propiedad de todo el pueblo.
   
La tercera condición fijada por Stalin concierne a la cultura: preconiza un desarrollo de la educación física y de la educación de todo el pueblo. Para alcanzar este objetivo Stalin propone cuatro medidas: 1) la jornada de trabajo de seis horas; 2) la institución de una educación politécnica; 3) el mejoramiento de las condiciones del habitat; 4) el aumento de los salarios y la disminución de los precios.
   
Las tres condiciones de Stalin son excelentes. Pero entre ellas falta una condición político-ideológica.
   
Las condiciones que acabamos de citar se orientan esencialmente a aumentar la producción. Una abundancia muy grande de productos facilita en efecto el paso del sistema de la propiedad colectiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo. Pero para aumentar la producción hay que producir más, más rápidamente, mejor, y de una manera más económica. Y si se quiere lograr este resultado hay que colocar la política en el puesto de mando y esforzarse por alcanzar simultáneamente los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía. Hay que lanzar también movimientos de rectificación con el fin de destruir la ideología del poder legal de la
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burguesía. Agregar una forma de estructura como la comuna popular a un país como la China, es hacer aún más fácil la realización de los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad, economía.
   
¿Cuál es el significado del sistema general de la propiedad de todo el pueblo? Este sistema significa: 1) que los medios de producción de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo; 2) que los productos de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo.
   
¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Esta es la unidad de base de la estructura social china que reune a obreros, campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente constituye la organización administrativa de base. En cuanto a la milicia, está destinada a hacer frente al extranjero, especialmente al imperialismo. La comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema general de la propiedad de todo el pueblo, y el paso del sistema general de la propiedad de todo el pueblo al comunismo. Después de estos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de la sociedad comunista.
2. En la terminologia maoista, los tres malos estilos son los estilos burocrático, subjetivo y dogmático. Los cinco aires indeseables son los aires arrogante, orgulloso, suficiente, perezoso y apático.
3. O sea 185 millones de toneladas (un chin equivale a 500 gramos).
* 4. L. D. Iarochenko, economista soviético fue criticado duramente por Stalin en los Problemas económicos del socialismo en la URSS por haber adoptado, en el dominio económico, puntos de vista no marxistas.
5. Anshan es la mayor central siderúrgica china, situada en la provincia de Liaoning, en el nordeste.
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