Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
pág. 307
10 de octubre de 1939
    1. La guerra mundial imperialista ha estallado porque los países imperialistas buscan librarse de la nueva crisis económica y política. Sea por parte de Alemania o por parte de Inglaterra y Francia, esta guerra, por su naturaleza, es injusta, de rapiña, imperialista. Los Partidos Comunistas de todo el mundo deben oponerse firmemente a ella así como a la criminal conducta de los partidos socialdemócratas que, al apoyarla, traicionan al proletariado. La Unión Soviética socialista sigue perseverando en su política de paz, se mantiene estrictamente neutral respecto a ambas partes beligerantes y, con el envío de sus fuerzas armadas a Polonia, ha puesto freno al avance de las Fuerzas agresoras alemanas hacia el Este, fortalecido la paz en Europa oriental y liberado de la opresión de los gobernantes polacos a las nacionalidades hermanas de Ucrania Occidental y Bielorrusia Occidental. La Unión Soviética ha concluido diversos tratados con sus vecinos para prevenir un posible ataque de la reacción internacional, y se esfuerza por restablecer la paz mundial.
    2. La política del imperialismo japonés en esta nueva situación internacional es concentrar sus fuerzas en el ataque sobre China, con la intención de resolver la cuestión china como paso preparatorio para la futura extensión de sus aventuras internacionales. La política mediante la cual intenta solucionar la cuestión china es la siguiente:
    1) Respecto a las zonas ocupadas, afianzar su dominio en preparación de la subyugación de toda China. Para alcanzar este objetivo, tiene que realizar operaciones de "limpieza" contra las bases de apoyo guerrilleras antijaponesas, explotar los recursos
pág. 308
    En el presente período, ya es poco probable que el enemigo lance grandes ofensivas estratégicas como la dirigida contra Wuján, gracias a los golpes que le ha asestado la heroica resistencia de China en los últimos dos años y pico y a su escasez de tropas y recursos financieros. En este sentido, la Guerra de Resistencia ha llegado en lo fundamental a la etapa de equilibrio estratégico. Esta etapa es precisamente la de la preparación de nuestra contraofensiva. No obstante, en primer lugar, al decir que se ha alcanzado en lo fundamental un equilibrio, no excluimos la posibilidad de que el enemigo lance nuevas campañas ofensivas; actualmente está atacando Changshá, y es posible que después ataque otras localidades. En segundo lugar, a medida que se haga mayor el equilibrio en el frente, el enemigo irá intensificando sus operaciones de "limpieza" contra nuestras bases de apoyo guerrilleras. En tercer lugar, si China no logra desbaratar el dominio del enemigo en las zonas ocupadas y le permite afianzarlo y explotar esas zonas, si China no consigue rechazar su ofensiva política y persistir en la resistencia, la unidad y el progreso, y acumular así las fuerzas para la contraofensiva, o si el gobierno del Kuomintang capitula por su cuenta, entonces habrá todavía posibilidad de que el enemigo emprenda vastas ofensivas. En otras palabras, el equilibrio al que se ha llegado ahora puede ser roto por el enemigo y los capituladores.
    3. El peligro de capitulación, de ruptura y de retroceso dentro del frente único antijaponés continúa siendo el mayor peligro en la situación actual, y las presentes actividades anticomunistas y regresivas de los grandes terratenientes y la gran burguesía también constituyen pasos preparatorios para su capitulación. A fin de acumular las fuerzas para la contraofensiva, nuestra tarea sigue siendo, junto con todos los patriotas del país, movilizar a las masas para poner efectivamente en práctica las tres grandes consignas políticas proclamadas por nuestro Partido en su "Manifiesto del 7 de julio": "Persistir en la
pág. 309
resistencia y oponerse a la capitulación", "Persistir en la unidad y oponerse a la ruptura" y "Persistir en el progreso y oponerse al retroceso". Para alcanzar esta meta, es imperativo: detrás de las líneas enemigas, empeñarse en la guerra de guerrillas, frustrar las operaciones de "limpieza" del enemigo, desbaratar su dominio en las zonas ocupadas e introducir reformas políticas y económicas radicales que beneficien a las grandes masas populares, que resisten al Japón; en el frente, sostener la defensa militar y rechazar toda campaña ofensiva que el enemigo pueda emprender, y, en las zonas de retaguardia de China, introducir sin tardanza y seriamente reformas políticas, acabar con la dictadura unipartidista del Kuomintang, convocar una asamblea nacional que represente verdaderamente la voluntad del pueblo y tenga poder real, elaborar una constitución y establecer un régimen constitucional. Cualquier vacilación o demora, cualquier política contraria, es absolutamente errónea. Al mismo tiempo, los organismos dirigentes de nuestro Partido en los diversos niveles y todos los camaradas deben redoblar su vigilancia en la presente situación y esforzarse al máximo por consolidar el Partido y las fuerzas armadas y órganos del Poder que él dirige, en los terrenos ideológico, político y organizativo, a fin de estar preparados para hacer frente a cualquier brusco cambio eventual que pueda dañar a la revolución china, de modo que si llega a producirse, el Partido y la revolución no sufran pérdidas imprevistas.
From Marx to Mao |