Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
pág. 421
7 de febrero de 1940
    La publicación de El Obrero Chino [1] responde a una necesidad. Bajo la dirección de su partido, el Partido Comunista de China, la clase obrera ha desplegado heroicas luchas durante veinte años y ha llegado a ser el sector más consciente de todo el pueblo y la fuerza dirigente de la revolución china. Uniendo en torno suyo al campesinado y a todo el pueblo revolucionario contra el imperialismo y el feudalismo, lucha por establecer una China de nueva democracia y por expulsar al imperialismo japonés; ésta es una extraordinaria contribución. Con todo, la revolución china no ha triunfado todavía y la clase obrera debe consagrar aún ingentes esfuerzos a estrechar sus propias filas y a unir al campesinado y demás sectores de la pequeña burguesía, a los intelectuales y a todo el pueblo revolucionario. Esto constituye una gran tarea política y organizativa. La responsabilidad de su cumplimiento incumbe al Partido Comunista de China, a los obreros de vanguardia y a toda la clase obrera. Sólo bajo el socialismo podrán ésta y el pueblo en su conjunto alcanzar su liberación definitiva, objetivo final por el cual debe luchar la clase obrera china. Pero antes de poder entrar en la etapa del socialismo, hay que pasar por la etapa de la revolución democrática antiimperialista y antifeudal. Así, pues, la tarea actual de la clase obrera es estrechar sus propias filas y unir al pueblo para luchar contra el imperialismo y el feudalismo y por una nueva China, una China de nueva democracia. El Obrero Chino aparece justamente con miras a dicha tarea.
    El obrero Chino explicará con un lenguaje sencillo a las masas obreras el cómo y el porqué de muchos problemas, informará sobre la lucha de la clase obrera en la resistencia al Japón y resumirá su experiencia, y de esta manera se esforzará por cumplir su cometido.
pág. 422
    El Obrero Chino debe convertirse en una escuela para educar a los obreros y formar cuadros obreros; los lectores serán sus alumnos. Es necesario preparar, entre los obreros, gran número de cuadros instruidos y capaces, que no busquen la vana fama, sino que realicen honestamente su trabajo. Sin un gran número de tales cuadros es imposible la liberación de la clase obrera.
    La clase obrera debe acoger de buen grado la ayuda de los intelectuales revolucionarios y en ningún caso rechazarla, pues sin ella, la propia clase obrera no podría avanzar y la revolución no podría triunfar.
    Espero que la revista estará bien hecha, publicará una buena cantidad de artículos llenos de vida y hará todo lo posible por evitar el estilo rígido, estereotipado e insípido, incomprensible y sin gracia.
    Una vez lanzada una publicación, se la debe hacer a conciencia y bien. Esta responsabilidad incumbe no sólo a su personal, sino también a los lectores. Es muy importante que éstos envíen sugerencias y escriban breves cartas y artículos, indicando qué les gusta y qué no les gusta, pues sólo así se puede hacer de esta revista un éxito.
    Con estas breves palabras expreso mis esperanzas; que ellas sirvan de introducción a El Obrero Chino.
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pág. 16
[1]
Revista mensual fundada en febrero de 1940 en Yenán y publicada por la Comisión del Movimiento Sindical del Comité Central del Partido Comunista de China.
[pág. 421]
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