Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
pág. 401
28 de enero de 1940
   
El actual desarrollo de la situación confirma la justeza de las apreciaciones hechas en distintas ocasiones por el Comité Central. La línea de capitulación de los grandes terratenientes y la gran burguesía es contraria a la línea de resistencia armada del proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía media, y las dos luchan entre sí. En el presente, ambas líneas existen simultáneamente y hay dos perspectivas posibles. Al respecto, todos los camaradas del Partido han de comprender que los serios casos de capitulación, anticomunismo y retroceso ocurridos en diferentes lugares no deben ser considerados como hechos aislados. Tenemos que darnos cuenta de su gravedad, combatirlos resueltamente y no dejarnos abrumar por su impacto. Si nos falta este espíritu y una política correcta para combatirlos firmemente, si dejamos que los recalcitrantes del Kuomintang continúen su "restricción militar y política del Partido Comunista" y no hacemos más que sujetar nuestro pensamiento al temor de la ruptura del frente único, entonces, se pondrá en riesgo la Guerra de Resistencia, se extenderán por todo el país la capitulación y el anticomunismo, y habrá un peligro real de rompimiento del frente único. Sin embargo, hay que tener plena conciencia de que en la actualidad, tanto dentro como fuera del país, existen muchas condiciones objetivas favorables a nuestra lucha por el mantenimiento de la resistencia, la unidad y el progreso. Por ejemplo, la política del Japón hacia China sigue siendo muy dura; además, es bien difícil convocar un Munich del Extremo Oriente porque no ha habido una reconcilia-
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ción real entre el Japón, de una parte, e Inglaterra, los Estados Unidos y Francia, de la otra, a pesar de cierta disminución de las contradicciones entre ellos, y porque la guerra en Europa ha debilitado la posición de Inglaterra y Francia en el Oriente; por último, la Unión Soviética ayuda activamente a China. Estas son las condiciones internacionales que hacen difícil que el Kuomintang capitule o entre en componendas, y desencadene una guerra anticomunista a escala nacional. En el país, el Partido Comunista, el VIII Ejército y el Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército se oponen decididamente a la capitulación y defienden con firmeza la política de resistencia y unidad; las clases intermedias también están en contra de la capitulación, y los capituladores y recalcitrantes, aunque en el poder, constituyen una minoría dentro del Kuomintang. Estas son las condiciones internas que hacen difícil que el Kuomintang capitule o entre en componendas, y desate una guerra anticomunista a escala nacional. En estas circunstancias, las tareas de nuestro Partido son: por un lado, responder resueltamente a las ofensivas militares y políticas de los capituladores y recalcitrantes, y por el otro, desarrollar activamente el frente único de todos los partidos, personal de gobierno, fuerzas armadas, población civil e intelectuales, y hacer todos los esfuerzos para ganarse a la mayoría del Kuomintang, a las capas intermedias y a nuestros simpatizantes en los ejércitos que luchan contra el Japón, para profundizar el movimiento de masas, ganarse a los intelectuales, consolidar las bases de apoyo antijaponesas, desarrollar las fuerzas armadas antijaponesas y los órganos del Poder antijaponés, consolidar el Partido y garantizar su progreso. Si realizamos simultáneamente estas tareas, podremos vencer el peligro de capitulación proveniente de los grandes terratenientes y la gran burguesía y conseguir un cambio en la situación. Por consiguiente, la orientación general de la actual política del Partido es luchar por este cambio y al mismo tiempo elevar la vigilancia contra una posible situación de emergencia (hasta ahora se trata de incidentes de carácter limitado y local).
   
Ahora, cuando Wang Ching-wei ha anunciado su pacto vendepatria[1] y Chiang Kai-shek ha publicado su mensaje a la nación, está fuera de toda duda que la agitación en favor de la paz sufrirá un revés y crecerán las fuerzas de la resistencia; por otra parte, continuará la "restricción militar y política del Partido Comunista", ocurrirán más incidentes locales, y es posible que el Kuomintang haga hincapié en su llamada "unificación contra el enemigo extranjero" con el fin de atacarnos. La razón de todo esto es que las fuerzas de la resistencia
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y el progreso no podrán en un futuro inmediato desarrollarse lo suficiente como para aplastar por completo a las de la capitulación y el retroceso. Nuestra política consiste en hacer cuanto podamos por extender la campaña de propaganda contra el pacto vendepatria de Wang Ching-wei en todos aquellos lugares del país donde haya organizaciones del Partido Comunista. En su mensaje, Chiang Kai-shek declara que proseguirá la Guerra de Resistencia, pero no subraya la necesidad de fortalecer la unidad nacional, ni plantea ninguna política para persistir en la resistencia y el progreso, sin la cual es imposible perseverar en la Guerra de Resistencia. Por lo tanto, en la campaña contra Wang Ching-wei, debemos poner el énfasis en los siguientes puntos: 1) apoyar la política nacional de resistencia hasta el fin y oponerse al pacto vendepatria de Wang Ching-wei; 2) hacer que todo el pueblo se una y derribe al colaboracionista Wang Ching-wei y su gobierno central títere; 3) sostener la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista y combatir la política anticomunista de Wang Ching-wei; 4) aplastar a los colaboracionistas encubiertos partidarios de Wang Ching-wei, cuyo anticomunismo es una maquinación para dividir el frente único antijaponés; 5) reforzar la unidad nacional y eliminar los "roces" internos; 6) introducir reformas políticas, desplegar el movimiento por un régimen constitucional e instaurar la democracia; 7) levantar la proscripción de los partidos políticos y reconocer la existencia legal de todos los partidos y grupos antijaponeses; 8) garantizar al pueblo la libertad de palabra y de reunión para combatir a los japoneses y a los colaboracionistas; 9) consolidar las bases de apoyo antijaponesas y oponerse a las intrigas y actividades de zapa de los colaboracionistas de la calaña de Wang Ching-wei; 10) apoyar a las tropas que combaten realmente bien en la Guerra de Resistencia y abastecer plenamente los frentes, y 11) desarrollar actividades culturales al servicio de la resistencia, proteger a la juventud progresista y proscribir toda expresión de puntos de vista colaboracionistas. Es necesario dar a conocer todas estas consignas. También hay que publicar una buena cantidad de artículos, manifiestos, octavillas y folletos, pronunciar discursos, y lanzar otras consignas adecuadas a las circunstancias locales.
   
Se ha programado para el 1.ƒ de febrero una concentración de masas en Yenán con el objeto de denunciar el pacto vendepatria de Wang Ching-wei. Junto con todos los sectores de la población y con los militantes antijaponeses del Kuomintang, debemos organizar similares concentraciones de masas en todas las regiones, a comienzos
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o mediados de febrero, a fin de levantar una marea de amplitud nacional contra la capitulación, contra los colaboracionistas y contra los "roces".
   
* Instrucciones internas del Partido Comunista de China, redactadas por el camarada Mao Tse-tung en nombre del Comité Central.
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[1]
A fines de 1939, Wang Ching-wei firmó con los invasores japoneses un pacto secreto de traición, llamado Programa para el Reajuste de las Relaciones Chino-Japonesas. Su principal contenido era:
   
1) China cedería el Nordeste al Japón y declararía el "Territorio de Mongolia" (entonces abarcaba las provincias de Suiyuán y Chajar, y el Norte de Shansí), el Norte de China, el valle del bajo Yangtsé y las islas del Sur de China, "zonas de estrecha colaboración chino-japonesa", que estarían bajo la permanente ocupación de las tropas del Japón.
2) El régimen títere, desde su gobierno central hasta los gobiernos locales, estaría bajo el control de asesores o funcionarios japoneses.
3) Las tropas y policía títeres serían adiestradas por instructores militares japoneses y su equipo sería suministrado por el Japón.
4) La política Fiscal y económica del gobierno títere, su industria, agricultura y medios de comunicación estarían controlados por el Japón, y los recursos naturales de China serían libremente explotados por aquel país.
5) Toda actividad antijaponesa sería prohibida.
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