Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
UNA ORDEN Y UNA DECLARACION SOBRE EL INCIDENTE DEL SUR |
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Orden de la Comisión Militar Revolucionaria del Comité | ||
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Enero de 1940
Yenán, 20 de enero de 1941
ORDEN DE LA COMISION MILITAR REVOLUCIONARIA
DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CHINA
    Por sus destacados méritos en la Guerra de Resistencia, el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército del Ejército Revolucionario Nacional se ha hecho famoso tanto dentro como fuera del país. Su comandante, Ye Ting, tiene una sobresaliente hoja de servicios en la dirección de las operaciones contra el invasor. Sin embargo, recientemente, mientras este Cuerpo de Ejército se trasladaba hacia el Norte cumpliendo órdenes, fue sorprendido y atacado alevosamente por la camarilla projaponesa, y el comandante Ye, agotado y herido en el combate, fue encarcelado. Informada de todo el curso del Incidente del Sur de Anjui por telegramas de Chen Yi, comandante del 1.er Destacamento de este Cuerpo de Ejército, y de Chang Yun-yi, jefe del Estado Mayor del Cuerpo de Ejército, la Comisión expresa su inmensa indignación, y a la vez su profunda preocupación por nuestros camaradas. Además de tomar medidas para responder al monstruoso crimen que ha perpetrado la camarilla projaponesa al sabotear la Guerra de Resistencia, atacar a las fuerzas armadas del pueblo y desatar la guerra civil, por la presente orden la Comisión nombra a Chen Yi, comandante interino del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército del Ejército Revolucionario Nacional; a Chang Yun-yi, subcomandante; a Lai Chuan-chu, jefe del Estado Mayor, y a Teng Tsi-jui, director del Departamento Político. Instruye al comandante interino Chen Yi y a sus compañeros para que dediquen todas sus energías a
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fortalecer el Cuerpo de Ejército, estrechar la unidad de sus filas, afianzar sus buenas relaciones con el pueblo, poner en práctica los Tres Principios del Pueblo, adherirse al Testamento del Dr. Sun Yat-sen y consolidar y ampliar el frente único nacional antijaponés para luchar en defensa de nuestro pueblo y nuestro país, llevar la Guerra de Resistencia hasta el fin y precaverse contra los ataques de la camarilla projaponesa.
22 de enero de 1941
   
El incidente anticomunista recientemente ocurrido en el Sur de Anjui se venía urdiendo desde hacía largo tiempo. El actual desarrollo de los acontecimientos no es sino el comienzo de una situación de emergencia nacional. Desde que formaron con Alemania e Italia la triple alianza[1], los invasores japoneses han redoblado sus esfuerzos para provocar cambios en la situación interna de China con la intención de hallar una rápida solución a la guerra chino-japonesa. Su propósito es reprimir el movimiento antijaponés utilizando a los propios chinos y consolidar su retaguardia y así tener las manos libres para avanzar hacia el Sur en coordinación con la ofensiva de Hitler contra Inglaterra. Un considerable número de cabecillas de la camarilla projaponesa están atrincherados desde hace tiempo en los organismos del partido, gobierno y ejército del Kuomintang y han venido haciendo agitación día y noche. Los preparativos para realizar todo su plan quedaron terminados hacia fines del año pasado. El ataque a las unidades del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército en el Sur de Anjui y la reaccionaria "Orden del 17 de enero"[2]son solamente los primeros signos visibles de esta maquinación. En adelante serán multados uno tras otro incidentes de la mayor gravedad. ¿Cuál es el plan global de los invasores japoneses y la camarilla projaponesa? Es el siguiente:
   
1. Publicar los dos telegramas del 19 de octubre y el 8 de diciembre[3] dirigidos a Chu Te, Peng Te-juai, Ye Ting y Siang Ying con las
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firmas de Je Ying-chin y Pai Chung-si, a fin de preparar la opinión pública.
   
2. Iniciar una campaña de prensa sobre la importancia de observar la disciplina y cumplir las órdenes militares con el objeto de preparar la guerra civil.
   
3. Aniquilar las unidades del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército en el Sur de Anjui.
   
4. Declarar que el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército se ha "amotinado" y cancelar su denominación oficial.
   
Estos cuatro pasos ya se han dado.
   
5. Nombrar a Tang En-po, Li Pin-sien, Wang Chung-lien y Jan Te-chin comandantes de los diversos ejércitos en el Centro de China encargados del "exterminio de los comunistas", y a Li Tsung-yen como comandante supremo, a fin de atacar a las unidades del Nuevo Cuerpo de Ejército al mando de Peng Sže-feng, Chang Yun-yi y Li Sien-nien y, en caso de éxito, lanzar ulteriores ataques contra las unidades del VIII Ejército y del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército en Shantung y el Norte de Chiangsú; con todo esto las tropas japonesas actuarán en estrecha coordinación.
   
Este paso se está dando.
   
6. Hallar un pretexto para declarar que el VIII Ejército se ha "amotinado", cancelar su denominación oficial, y ordenar el arresto de Chu Te y Peng Te-juai.
   
Este paso se está preparando.
   
7. Clausurar las oficinas de enlace del VIII Ejército en Chungching, Sían y Kuilin, y arrestar a Chou En-lai, Ye Chien-ying, Tung Pi-wu y Teng Ying-chao.
   
Este paso se ha empezado a dar con el cierre de la oficina de enlace en Kuilin.
   
8. Clausurar el diario Nueva China.
   
9. Atacar la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia y tomar Yenán.
   
10. Practicar arrestos en masa de personalidades que están por la resistencia al Japón y reprimir el movimiento antijaponés en Chungching y en las diversas provincias.
   
11. Destruir las organizaciones del Partido Comunista en todas las provincias y practicar la detención masiva de sus militantes.
   
12. Retirar las tropas japonesas del Centro y Sur de China, y que basado en esto, el gobierno del Kuomintang proclame la "recupera-
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ción de territorios perdidos" y al mismo tiempo realice propaganda sobre la necesidad de concluir una "paz honorable".
   
13. Reforzar, por parte del Japón, sus tropas acantonadas en el Norte de China con las tropas retiradas del Centro y el Sur, lanzar los más feroces ataques contra el VIII Ejército y cooperar con las fuerzas del Kuomintang a fin de aniquilar por completo al VIII Ejército y al Nuevo 4. Cuerpo de Ejército.
   
14. Mantener la situación del año pasado de alto el fuego en todos los frentes entre los ejércitos del Japón y del Kuomintang para entrar en un estado de armisticio general y negociaciones de paz y, mientras tanto, seguir atacando incesantemente al VIII Ejército y al Nuevo 4. Cuerpo de Ejército.
   
15. Firmar, por parte del gobierno del Kuomintang, un acuerdo de paz con el Japón y sumarse a la triple alianza.
   
Actualmente se hacen activos preparativos para dar estos pasos.
   
Tal es, en líneas generales, el pérfido plan del Japón y la camarilla projaponesa. El Comité Central del Partido Comunista de China señaló en su manifiesto del 7 de julio de 1939: "La capitulación representa el mayor peligro en la situación actual, y los ataques contra el Partido Comunista constituyen el paso preparatorio hacia ella." En su manifiesto del 7 de julio de 1940 declaró: "Nunca como hoy ha sido tan serio el peligro de capitulación, ni tan grandes las dificultades en la Guerra de Resistencia." Chu Te, Peng Te-juai, Ye Ting y Siang Ying lo señalaron aún más concretamente en su telegrama del 9 de noviembre del año pasado:
   
"Cierta gente en el país está maquinando una nueva campaña anticomunista en un intento de abrir el camino a la capitulación. (. . .) Pretenden poner fin a la Guerra de Resistencia mediante lo que ellos llaman cooperación chino-japonesa en el `exterminio de los comunistas'. Quieren substituir la Guerra de Resistencia por la guerra civil, la independencia por la capitulación, la unidad por la ruptura y la luz por las tinieblas. Sus actividades son viles, y pérfidos sus designios. La noticia corre por las calles y todos se horrorizan. La situación nunca ha sido en realidad tan crítica como hoy."
Por eso, el Incidente del Sur de Anjui y la "Orden del 17 de enero" del Consejo Militar en Chungching no son sino el comienzo de una serie de incidentes. En particular, la "Orden del 17 de enero" encierra graves consecuencias políticas. Que los autores de esta Orden contra-
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revolucionaria se hayan atrevido a hacerlo tan abiertamente, desafiando la condenación universal, demuestra que se han decidido por una ruptura completa y una capitulación total. Ya que los representantes políticos de los grandes terratenientes y la gran burguesía, clases débiles en China, no pueden moverse siquiera una pulgada sin el apoyo entre bastidores de sus amos, ¿cómo hubieran podido embarcarse solos en una empresa como ésta que ha estremecido a todos? En las actuales circunstancias, parece muy difícil conseguir que los responsables de la Orden cambien su decisión; este cambio probablemente será imposible sin una acción urgente por parte de todo el pueblo y sin una fuerte presión diplomática desde el exterior. Por lo tanto, la apremiante tarea de toda la nación en estos momentos, es observar la marcha de los acontecimientos con la máxima vigilancia y prepararse contra cualquier funesta eventualidad que los reaccionarios puedan provocar; en esto no debe haber la más leve negligencia. En cuanto al futuro de China, el asunto es muy claro. Aunque los agresoras japoneses y la camarilla projaponesa puedan triunfar en sus complots, nosotros, los comunistas y el pueblo chino, no les permitiremos mantener su tiranía indefinidamente; no sólo estamos en la obligación de salir a luchar y salvar la situación, sino que también confiamos en nuestra capacidad para ello. No importa cuán sombría sea la situación y espinoso el camino, ni cuál sea el precio que este exija (las perdidas del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército en el Sur de Anjui son parte de ese precio), los invasores japoneses y la camarilla projaponesa están condenados a la ruina. He aquí las razones:
   
1. El Partido Comunista de China ya no puede ser fácilmente engañado y aplastado como en 1927. Es ahora un gran partido que se sostiene firmemente sobre sus propios pies.
   
2. Entre los miembros de otros partidos y grupos (incluyendo el Kuomintang) ciertamente hay muchos que, temerosos del desastre de la subyugación nacional, no están dispuestos a capitular ni a emprender una guerra civil. Otros, aunque engañados por el momento, pueden despertar cuando llegue la ocasión.
   
3. Esto es igualmente cierto en cuanto a las tropas. La mayoría de las que se oponen al Partido Comunista lo hacen bajo coacción.
   
4. La inmensa mayoría de los chinos no quieren ser esclavos de una nación extranjera.
   
5. La guerra imperialista está en vísperas de un gran cambio. Por más disturbios que puedan provocar momentáneamente, los parásitos que dependen del imperialismo pronto descubrirán que sus amos no
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son seguros. La situación global tomará un nuevo giro cuando el árbol caiga y los monos se desbanden.
   
6. El estallido de la revolución en muchos países es sólo cuestión de tiempo, y a no dudar, estas revoluciones y la revolución china se apoyarán mutuamente en la lucha común por la victoria.
   
7. La Unión Soviética es la mayor fuerza del mundo y sin duda alguna ayudará a China hasta el fin en su Guerra de Resistencia. Por todas estas razones, esperamos que a todos aquellos que están jugando con fuego no se les suban demasiado los humos a la cabeza. Les advertimos solemnemente: Es mejor que actúen con prudencia. No es convincente jugar con fuego. ¡Cuiden su propia cabeza! Si esta gente es capaz de reflexionar serenamente sobre el asunto, tendrá que dar, con honradez y rápidamente, los siguientes pasos:
   
1. Detener su galope al borde del precipicio y suspender sus provocaciones.
   
2. Anular la reaccionaria "Orden del 17 de enero" y admitir públicamente que se han equivocado por completo.
   
3. Castigar a Je Ying-chin, Ku Chu-tung y Shangkuan Yun-siang, principales culpables del Incidente del Sur de Anjui.
   
4. Poner en libertad a Ye Ting y restituirlo como comandante del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército.
   
5. Devolver al Nuevo 4. Cuerpo de Ejército todos los hombres y armas capturados en el Incidente del Sur de Anjui.
   
6. Indemnizar a todos los oficiales y soldados del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército que resultaron heridos y a las familias de aquellos que fueron muertos en el Sur de Anjui.
7. Retirar las tropas enviadas al Centro de China para el "exterminio de los comunistas".
   
8. Demoler la línea de bloqueo en el Noroeste[4].
   
9. Poner en libertad a todos los presos políticos patriotas.
   
10. Abolir la dictadura de un solo partido e instaurar un sistema democrático.
   
11. Aplicar los Tres Principios del Pueblo y adherirse al Testamento del Dr. Sun Yat-sen.
   
12. Arrestar a los cabecillas de la camarilla projaponesa y someterlos a juicio de acuerdo con las leyes del Estado.
   
Habrá, por supuesto, un retorno a la normalidad si se cumplen estos doce puntos, y sin duda nosotros, los comunistas y todo el pueblo, no extremaremos las cosas. De otra manera, "la inquietud de Chi Sun, me temo, no viene de Chuanyi sino que está dentro de los muros de
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palacio"[5]; en otras palabras, los reaccionarios levantarán una piedra sólo para dejarla caer sobre sus propios pies, y entonces no podremos ayudarlos aun si ése fuera nuestro deseo. Nosotros apreciamos la cooperación, pero también ellos deben apreciarla. Para decirlo con franqueza, nuestras concesiones tienen un límite; la etapa de las concesiones ha terminado en lo que respecta a nosotros. Ellos han dado la primera cuchillada, y la herida es muy profunda. Si aún les importa su futuro, deben salir por su propia iniciativa a curar la herida. "No es demasiado tarde para reparar el redil aun después de que algunas ovejas se han perdido." Es un asunto de vida o muerte para ellos, y nos sentimos obligados a hacerles esta última advertencia. Pero si permanecen incorregibles y prosiguen con sus fechorías, el pueblo chino, agotada su paciencia, los arrojará al basurero, y entonces será demasiado tarde para arrepentirse. En cuanto al Nuevo 4. Cuerpo de Ejército, la Comisión Militar Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de China emitió una orden el 20 de enero, nombrando a Chen Yi, comandante interino; a Chang Yun-yi, subcomandante; a Lai Chuan-chu, jefe del Estado Mayor, y a Teng Tsi-jui, director dei Departamento Político. Contando aún con más de noventa mil hombres en el Centro de China y en la parte sur de Chiangsú, el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército, aunque sometido a ataques en forma de pinzas por los invasores japoneses y las tropas anticomunistas, indudablemente combatirá desafiando todas las dificultades y nunca dejará de rendir leales servicios a la nación. Por su parte, las unidades del ejército hermano, el VIII Ejército, no se cruzarán de brazos a mirarlo sufrir estos ataques, sino que tomarán sin falta medidas para prestarle la ayuda necesaria: esto puedo decirlo sin rodeos. Respecto a la declaración hecha por el vocero del Consejo Militar en Chungching, el único comentario posible es que se contradice a sí misma. Mientras el Consejo Militar en Chungching declaraba en su Orden que el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército se había "amotinado", el vocero decía que su objetivo era desplazarse hacia el triángulo Nankín-Shanghai-Jangchou para establecer allí una base de apoyo. Admitiendo lo que dice, ¿puede acaso un desplazamiento hacia el triángulo Nankín-Shanghai-Jangchou considerarse como un "motín"? El estúpido vocero de Chungching no se detuvo a pensar contra quién, en fin de cuentas, se iba a amotinar el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército en esa zona. ¿No es una zona bajo la ocupación japonesa? ¿Por qué debían ustedes evitar que el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército entrara en esa zona, e intentar aniquilarlo cuando
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se encontraba aún en el Sur de Anjui? ¡Ah, por supuesto, eso es lo que debían hacer los leales sirvientes del imperialismo japonés! A eso se debió su plan de concentrar siete divisiones para una campaña de aniquilamiento, su "Orden del 17 de enero" y su juicio contra Ye Ting. Sin embargo, yo repito que e1 vocero de Chungching es un estúpido, pues sin recibir ninguna presión ha permitido que el gato se le escapara del saco, revelando así a todo el pueblo el plan del imperialismo japonés.
MILITAR REVOLUCIONARIA DEL COMITE
CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
A UN PERIODISTA DE LA AGENCIA DE
NOTICIAS SINJUA
From Marx |
Apuntos sobre |
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[1]
Se refiere al pacto militar tripartito suscrito por Alemania, Italia y el Japón en Berlín el 27 de septiembre de 1940.
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[2]
La contrarrevolucionaria "Orden del 17 de enero" para el licenciamiento del Nuevo 4. Cuerpo de Ejército fue emitida por Chiang Kai-shek en nombre del Consejo Militar del Gobierno Nacional.
[pág. 472]
[3]
Estos dos telegramas, tristemente famosos, fueron enviados en el invierno de 1940 por Chiang Kai-shek cuando éste lanzó la segunda campaña anticomunista, y llevaban las Firmas de Je Ying-chin y Pai Chung-si, jefe y subjefe del Estado Mayor General del Consejo Militar del gobierno del Kuomintang. El telegrama del 19 de octubre contenía afrentosas calumnias contra el VIII Ejército y el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército, que luchaban en la retaguardia del enemigo, y perentoriamente ordenaba a sus unidades que operaban contra los japoneses al Sur del río Amarillo, trasladarse al Norte de este río en un plazo determinado. En interés de la unidad para la resistencia armada, los camaradas Chu Te, Peng Te-juai, Ye Ting y Siang Ying, en respuesta conjunta del 9 de noviembre, además de refutar Fehacientemente las calumnias contenidas en el telegrama, aceptaron trasladar al Norte del río Yangtsé las tropas acantonadas en el Sur de Anjui. El telegrama del 8 diciembre, firmado por Je Ying-chin y Pai Chung-si, que fue una replica al nuestro del 9 de noviembre, significó un nuevo intento de volver la opinión pública contra los comunistas.
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[4]
Fue construida por los reaccionarios del Kuomintang alrededor de la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. A partir del año 1939, forzaron a la población local a trabajar en la construcción de cinco líneas de blocaos, murallas y trincheras. La línea partía de Ningsia en el Oeste, corría a lo largo del río Chingshui en el Sur y terminaba en el río Amarillo en el Este, pasando por varias provincias. En vísperas del Incidente del Sur de Anjui las tropas del Kuomintang que rodeaban la Región Fronteriza fueron aumentadas a más de doscientos mil hombres.
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[5]
Cita de las Analectas de Confucio, libro XVI, cap. I. Confucio hizo esta observación en momentos en que Chi Sun, ministro del Estado de Lu, se encontraba a punto de atacar Chuanyi, un pequeño Estado vecino.
[pág. 477]
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