Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 25
13 de agosto de 1945
   
Un vocero del Departamento de Propaganda del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang ha hecho una declaración en la que califica de "acto descomedido e ilegal" la orden[1] dada el 10 de agosto, desde el Alto Mando en Yenán, por Chu Te, Comandante en Jefe del XVIII Grupo de Ejércitos, orden que intima al enemigo y a los títeres[2] a rendirse dentro del plazo que se señale. Esta declaración es absurda en extremo. De ella se deduce lógicamente que el Comandante en Jefe Chu Te estaba equivocado al dar a sus tropas, de acuerdo con la Declaración de Potsdam[3] y con la expresada intención del enemigo de rendirse, la orden de intimar al enemigo y a los títeres a rendirse sin demora y que, por el contrario, habría sido justo y legítimo aconsejarles que se negaran a rendirse. Pues, no es extraño que, incluso antes de la rendición efectiva del enemigo, Chiang Kai-shek, cabecilla fascista chino, autócrata y traidor al pueblo, haya tenido la audacia de "ordenar" a las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas "permanecer donde están, hasta nueva orden", es decir, atarse las manos y dejarse atacar por el enemigo. No es extraño que este mismo cabecilla fascista se haya atrevido a "ordenar" a las llamadas fuerzas clandestinas (que son, en realidad, tropas títere que aplican la línea de "salvar a la nación mediante un rodeo"[4] y agentes de servicio secreto de Tai Li[5] que colaboran con el enemigo y los títeres), así como a las tropas títere, "asumir la responsabilidad de mantener el orden público local", a la vez que ha prohibido a las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas "actuar por su propia cuenta" contra el enemigo y los títeres. Esta transposición de enemigo por compatriota es una verdadera confesión de Chiang Kai-shek; ofrece un cuadro vivo de toda la mentalidad de este hombre que siempre anda en colusión con el enemigo y los
   
* Comentario escrito por el camarada Mao Tse-tung para la Agencia de Noticias Sinjua.
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títeres y trata de liquidar a todos los que no son de su calaña. Sin embargo, las fuerzas armadas populares antijaponesas de las regiones liberadas de China de ninguna manera se dejarán engañar por esta pérfida maniobra. Saben que la orden del Comandante en Jefe Chu Te significa precisamente cumplir con decisión lo estipulado en el párrafo 2 de la Declaración de Potsdam: "proseguir la guerra contra el Japón hasta que éste cese de resistir". En cambio, las llamadas "órdenes" de Chiang Kai-shek constituyen precisamente una violación de la Declaración de Potsdam que él mismo firmó. Basta hacer la comparación para ver de inmediato quién es el que no "observa fielmente las estipulaciones de los acuerdos comunes de los aliados".
   
Tanto la declaración del vocero del Departamento de Propaganda del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang como las "órdenes" de Chiang Kai-shek significan, del principio al fin, provocar la guerra civil; su objetivo consiste en encontrar, en este momento en que la atención dentro y fuera del país se concentra en la rendición incondicional del Japón, un pretexto para pasar a la guerra civil apenas termine la Guerra de Resistencia. En realidad, los reaccionarios del Kuomintang son lastimosamente estúpidos. Han elegido como pretexto la orden del Comandante en Jefe Chu Te sobre la rendición y desarme de las tropas japonesas y tropas títere. ¿Acaso puede considerarse éste un pretexto hábil? No. El que hayan elegido tal pretexto sólo prueba que los reaccionarios kuomintanistas sienten más cariño por el enemigo y los títeres que por sus compatriotas, y que odian más a sus compatriotas que al enemigo y los títeres. El Incidente de Chunjua[6] fue a ojos vistas una invasión de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia perpetrada por las tropas de Ju Tsung-nan con el propósito de provocar la guerra civil; no obstante, los reaccionarios kuomintanistas dijeron que se trataba de una "ofensiva de falsos rumores" desplegada por el Partido Comunista de China. Los reaccionarios kuomintanistas encontraron en este Incidente el pretexto largamente buscado, pero la opinión pública china y extranjera comprendió de inmediato el juego. Por eso dicen ahora que el VIII Ejército y el Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército no deben intimar a las tropas japonesas y tropas títere a que rindan las armas. Durante los ocho años de la Guerra de Resistencia, el VIII Ejército y el Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército padecieron toda clase de sufrimientos al verse atacados y cercados por Chiang Kai-shek, de un lado , y por los japo-
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neses, de otro. Y ahora, cuando la Guerra de Resistencia llega a su fin, Chiang Kai-shek insinúa a los japoneses (y a sus queridas tropas títere) que no rindan las armas al VIII Ejército ni al Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército, sino "sólo a mí, Chiang Kai-shek". Pero calla el final: "de modo que yo pueda utilizar estas armas para matar a los comunistas y quebrantar la paz de China y del mundo". ¿No es ésta la verdad? ¿Qué resultará si se dice a los japoneses que entreguen sus armas a Chiang Kai-shek y se ordena a las tropas títere "asumir la responsabilidad de mantener el orden público local"? Sólo lo siguiente: la fusión de Nankín y Chungching[7] y la cooperación entre Chiang Kai-shek y los títeres substituirán "la colaboración chino-japonesa" y la cooperación entre los japoneses y los títeres, y "el anticomunismo y la construcción nacional" de Chiang Kai-shek reemplazarán "el anticomunismo y la construcción nacional" de los japoneses y Wang Ching-wei[8]. ¿No es esto una violación de la Declaración de Potsdam? ¿Cabe alguna duda del grave peligro de guerra civil que se cernirá sobre el pueblo entero una vez que termine la Guerra de Resistencia? Llamamos ahora a todos nuestros compatriotas y a los países aliados a actuar, junto con el pueblo de las regiones liberadas, para impedir resueltamente una guerra civil en China que pondría en peligro la paz mundial.
   
Después de todo, ¿quién tiene derecho a recibir la rendición de los japoneses y los títeres? Contando sólo con sus propios esfuerzos y el apoyo del pueblo, las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas de China, a las que el gobierno del Kuomintang se negó siempre a abastecer y reconocer, han logrado por sí solas liberar extensos territorios y más de cien millones de habitantes y han resistido y contenido el 56 por ciento de las tropas invasoras japonesas en China y el 95 por ciento de las tropas títere. De no ser por estas fuerzas armadas, ¡la situación de China jamás habría sido lo que es hoy! Para decir la verdad, sólo las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas tienen, en China, derecho a recibir la rendición de las tropas japonesas y tropas títere. En cuanto a Chiang Kai-shek, su política ha sido observar con los brazos cruzados y aguardar la victoria; él no tiene, en verdad, el menor derecho a recibir la rendición del enemigo y los títeres.
   
Declaramos a todos nuestros compatriotas y a los pueblos del mundo entero: El Alto Mando en Chungching no puede representar al pueblo chino ni a las fuerzas armadas chinas que han luchado realmente contra el Japón; el pueblo chino reclama que las fuerzas armadas
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antijaponesas de las regiones liberadas de China, al mando del Comandante en Jefe Chu Te, tengan derecho a enviar directamente representantes a participar en la recepción de la rendición del Japón y en el control militar de este país por las cuatro potencias aliadas, así como en la futura conferencia de paz. Si se procede de otro modo, el pueblo chino lo estimará muy inadecuado.
   
[Nota -- En el texto impreso, la siguiente nota del editor empieza al pie de la página que sigue. -- DJR]
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[1]
El 10 de agosto de 1945, el Comandante en jefe Chu Te dio, desde el Al Mando en Yenán, a todas las fuerzas armadas de las legiones liberadas una orden relativa a la rendición de los invasores japoneses. He aquí su texto íntegro:
   
"El Japón ha anunciado su rendición incondicional, y los aliados se reunirán a fin de discutir, sobre la base de la Declaración de Potsdam, las medidas para recibir la rendición. Por tanto, doy la presente orden a todas las fuerzas armadas de las regiones liberadas:
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tropas japonesas y tropas títere. Las unidades del Ejército Popular de Liberación en todas las regiones liberadas cumplieron resueltamente estas órdenes y conquistaron importantes victorias.
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[2]
La palabra "enemigo" se refiere aquí a las fuerzas invasoras japonesas, y "títeres", a los gobiernos títeres establecidos por los invasores japoneses y a sus tropas, formados respectivamente, en su mayoría, por funcionarios y tropas kuomintanistas que se habían pasado a los invasores japoneses.
[pág. 25]
[3]
Se refiere a la declaración hecha el 26 de julio de 1945 Por China Inglaterra y EE.UU. en la Conferencia de Potsdam declaración en la que se intimaba al Japón a rendirse. Los puntos principales de la declaración eran: el militarismo japonés será eliminado de una vez para siempre; las tropas japonesas serán completamente desarmadas; las industrias de guerra del Japón deben ser desmanteladas; los criminales de guerra japoneses deben ser procesados; debe ponerse en práctica la Declaración de El Cairo, es decir, el Japón debe renunciar a los territorios que ha usurpado, tales como Corea y los territorios chinos de Manchuria, Taiwán y las islas de Pengju; el territorio del Japón se limitará a las islas de Honshu, Hokkaido, Kyushu, Shikoku y otras islas menores, y las fuerzas armadas de los aliados ocuparán el Japón hasta el establecimiento de un gobierno japonés democrático. El 8 de agosto de 1945, la Unión Soviética dio su acuerdo a la Declaración de Potsdam y declaró la guerra al Japón.
[pág. 25]
[4]
Se refiere a una vil práctica de capitulación ante el Japón y de lucha anticomunista, seguida por los reaccionarios del Kuomintang durante la Guerra de Resistencia contra el Japón. Los reaccionarios kuomintanistas instruyeron a parte de sus tropas y funcionarios de gobierno que se pasaran a los invasores japoneses y luego atacaran, ya como tropas y funcionarios títere, las regiones liberadas junto con las tropas japonesas; esto fue lo que ellos hipócritamente llamaban "salvar a la nación mediante un rodeo".
[pág. 25]
[5]
Tai Li fue el director del Buró de Investigación y Estadística del Consejo Militar del Kuomintang, una de las inmensas organizaciones del servicio secreto del Kuomintang.
[pág. 25]
[6]
Se refiere a la invasión de Chunjua, Sünyi y Yaosien en la subregión de Kuanchung de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia, perpetrada por tropas kuomintanistas en julio de 1945. Véase el presente tomo, pág. 21, "La situación y nuestra política después de la victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón", nota 13.
[pág. 26]
[7]
El régimen títere de Wang Ching-wei tenía su sede en Nankín y el régimen de Chiang Kai-shek, en Chungching. La "fusión de Nankín y Chungching" era un complot político fraguado por el imperialismo japonés y los elementos projaponeses dentro del Kuomintang.
[pág. 27]
[8]
Wang Ching-wei fue un notorio cabecilla del Kuomintang y traidor projaponés. En diciembre de 1938, cuando era Vicepresidente del Kuomintang y Presidente del Consejo Político Nacional, se pasó abiertamente a los invasores japoneses. En marzo de 1940 llegó a ser presidente del gobierno central títere formado entonces en Nankín. Murió en el Japón en noviembre de 1944.
[pág. 27]
1) Toda fuerza armada antijaponesa de las regiones liberadas notificará según las estipulaciones de la Declaración de Potsdam, a las tropas enemigas y a sus comandancias en las ciudades y poblados o a lo largo de las importantes vías de comunicación en las inmediaciones, que entreguen todas sus armas nuestras unidades de combate dentro del plazo que se señale; cuando hay entregado sus armas, nuestras fuerzas protegerán su vida de acuerdo con nuestros reglamentos acerca del buen trato a los prisioneros de guerra.
2) Toda fuerza armada antijaponesa de las regiones liberadas notificará a todas las autoridades títere de la vecindad, militares y civiles, que se pasen con sus tropas a nuestro lado antes que los invasores japoneses Firmen la rendición y que esperen la reorganización o el licenciamiento; las que no lo hagan dentro del plazo fijado, tendrán que entregar todas sus armas.
3) Todas las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas aniquilarán resueltamente a todas las tropas japonesas y tropas títere que se negaren a rendirse y entregar sus armas.
4) Nuestras fuerzas armadas tienen plena autoridad para enviar a sus unidades a recuperar y ocupar cualquier ciudad, poblado o importante vía de comunicación en poder del enemigo y los títeres, establecer allí el control militar, mantener el orden y designar comisionados que se hagan cargo de todos los asuntos administrativos de la localidad; en caso de cualquier acto de sabotaje o resistencia, los culpables serán castigados como traidores a la patria."
Luego, el 11 de agosto, el Alto Mando en Yenán expidió seis órdenes sucesivas en las que mandaba a las fuerzas armadas de la región liberada de Shansí-Suiyuán (al mando del camarada Je Lung), de la de Shansí-Chajar-Jopei (al mando del camarada Nie Yung-chen) y de la de Jopei-Yejé-Liaoning que avanzaran sobre la Mongolia Interior y el Nordeste de China; a las fuerzas armadas de la región liberada de Shansí que limpiaran de tropas japonesas y tropas títere la línea férrea Tatung-Puchou y el valle del río Fenje, y a las fuerzas armadas de todas las regiones liberadas que lanzaran vigorosas ofensivas sobre todas las importantes vías de comunicación controladas por el enemigo, a fin de obligar a rendirse a las
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