Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 255
    Luoyang ha sido ahora reconquistado[1] y es posible que sea firmemente mantenido. En lo que concierne a nuestra política urbana, se debe prestar atención a los siguientes puntos:
    1. Hay que ser muy prudente en la liquidación de los órganos de dominación del Kuomintang, arrestar sólo a los reaccionarios principales y no implicar a demasiadas personas.
   
2. Hay que precisar la definición del capital burocrático; no calificar de capital burocrático y confiscar, por tanto, todas las empresas industriales y comerciales de los miembros del Kuomintang. Debe establecerse el principio de que el gobierno democrático se hará cargo de la propiedad y funcionamiento de todas las empresas industriales y comerciales que han sido, según se verifique definitivamente, administradas por el gobierno central o los gobiernos de provincia, distrito o municipio del Kuomintang, esto es, las empresas manejadas enteramente por organismos oficiales. Pero si, por el momento, el gobierno democrático aún no ha tenido tiempo para tomar posesión de ellas, o no está todavía en condiciones de hacerlo, se debe hacer asumir a los que las tenían a su cargo la responsabilidad de administrar temporalmente dichas empresas, de modo que éstas puedan funcionar como de costumbre, hasta que el gobierno democrático nombre personas que se encarguen de tomar posesión de ellas. Hay que organizar a los obreros y los técnicos de estas empresas industriales y comerciales para que participen en la administración, y es preciso confiar en su competencia. Si el personal del Kuomintang ha huido y la empresa ha suspendido su funcionamiento, ésta debe ser dirigida por un comité de administración compuesto de representantes
   
* Telegrama del Comité Central del Partido Comunista de China redactado por el camarada Mao Tse-tung. Como su contenido era aplicable no sólo a Luoyang, sino también, en lo fundamental, a todas las ciudades recién liberadas, fue enviado al mismo tiempo a los camaradas dirigentes de otros frentes y otras regiones.
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elegidos por los obreros y los técnicos, hasta que el gobierno democrático nombre gerentes y directores para asumir la gestión junto con los obreros. A las empresas dirigidas por grandes burócratas notorios del Kuomintang se les aplicarán los principios y medidas establecidos más arriba. Sin embargo, no serán objeto de confiscación las empresas industriales y comerciales de los pequeños burócratas o de los terratenientes. Se prohibe estrictamente perjudicar cualquier empresa de la burguesía nacional.
   
3. Se prohibe a las organizaciones campesinas ir a la ciudad a prender terratenientes y a ajustarles las cuentas. Los terratenientes que poseen tierras en las aldeas pero que viven en la ciudad, serán tratados de acuerdo con la ley por el gobierno democrático municipal. Los que hayan cometido los peores crímenes podrán ser, a petición de las organizaciones campesinas, enviados a las aldeas para ser juzgados.
   
4. En los primeros momentos después de entrar en la ciudad, no hay que lanzar a la ligera consignas de aumento de los salarios y reducción de la jornada de trabajo. En tiempo de guerra es ya bastante bueno que la producción continúe y que la jornada de trabajo y el nivel de los salarios se mantengan tales como eran. el que más tarde sea posible o no reducir la jornada de trabajo y aumentar los salarios en una medida apropiada, dependerá de las condiciones económicas, es decir, de la buena marcha de las empresas.
   
5. No hay que apresurarse a organizar a la población urbana para que luche por las reformas democráticas y por el mejoramiento de las condiciones de vida. Estos problemas sólo pueden resolverse adecuadamente, de acuerdo con las circunstancias, cuando la administración municipal funcione como se debe, la población haya recobrado su tranquilidad de ánimo y, mediante una investigación minuciosa, se haya obtenido una idea clara de la situación y se hayan elaborado las medidas apropiadas.
   
6. En las grandes ciudades, la alimentación y el combustible constituyen ahora el problema central, al cual es preciso dar una solución metódica. Una vez que una ciudad quede bajo nuestra administración, el problema de las condiciones de vida de los pobres debe ser resuelto gradualmente y de modo planificado. No hay que
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lanzar la consigna de "abrir los graneros para socorrer a los pobres" y fomentar entre éstos la tendencia a contar tan sólo con el socorro del gobierno.
   
7. Hay que dedicarse de manera adecuada a descubrir a los miembros del Kuomintang y de la Liga Juvenil de los Tres Principios del Pueblo y hacerlos inscribirse.
   
8. Hay que planificar todo asunto a largo plazo. Queda estrictamente prohibido destruir cualquier medio de producción, ya sea de propiedad pública o privada, y malgastar medios de subsistencia. Se prohiben los excesos en las comidas, y se observará un régimen de economías.
   
9. Se nombrará como secretario del comité municipal del Partido y como alcalde sólo a personas que conozcan bien la política del Partido y que sean capaces. Ellos deben instruir a todo su personal y explicarle las medidas políticas y la táctica que hay que aplicar en las ciudades. Ahora que la ciudad pertenece al pueblo, en todo asunto hay que partir del principio de que la ciudad la debe administrar el propio pueblo. Sería enteramente erróneo aplicar a una ciudad administrada por el propio pueblo nuestra política y táctica para las ciudades bajo la administración del Kuomintang.
   
[Nota -- En el texto impreso, la siguiente nota del editor empieza al pie de la página que sigue. -- DJR]
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[1]
Luoyang era un importante punto fuerte de las tropas del Kuomintang en la parte occidental de la provincia de Jonán. El Ejército Popular de Liberación conquistó por primera vez esta ciudad el 14 de marzo de 1948; posteriormente la evacuó por iniciativa propia para facilitar el aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo, y la reconquistó el f de abril del mismo año.
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