Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 261
25 de mayo de 1948
I
    Es necesario tener en cuenta las estaciones. En las regiones señaladas por los burós o subburós del Comité Central, todo el otoño e invierno próximos, es decir, los siete meses que van de septiembre a marzo, deben consagrarse al cumplimiento de las tareas indicadas en el siguiente orden:
   
1. Hacer una investigación de las condiciones rurales.
2. Realizar, de acuerdo con nuestra política correcta, la labor inicial para la consolidación del Partido. El equipo de trabajo o grupo de trabajo enviado por un organismo superior a una zona rural debe, antes que nada, unirse con todos los elementos activos y otros miembros buenos de la célula local del Partido para dirigir, junto con ellos, el trabajo de la reforma agraria.
3. Organizar, reorganizar o fortalecer las ligas de campesinos pobres y las asociaciones campesinas, y emprender la lucha por la reforma agraria.
4. Determinar la pertenencia de clase de acuerdo con los criterios correctos.
5. Distribuir las tierras y bienes feudales conforme a nuestra política correcta. El resultado final de la distribución debe ser tal que todas las capas sociales principales la consideren justa y equitativa y que los terratenientes mismos vean que tienen la posibilidad de ganarse la vida y que esto les está asegurado.
6. Instituir las asambleas de representantes populares de cantón (o aldea), territorio y distrito y elegir los consejos gubernamentales de esos tres niveles.
    * Directiva interna del Partido Comunista de China Redactada por el camarada Mao Tse-tung en nombre del Comité Central.
pág. 262
   
7. Adjudicar los títulos que establecen el derecho de propiedad de la tierra.
8. Reajustar o revisar las tasas del impuesto agrícola (es decir; el grano público). Estas tasas deben responder al principio de prestar la debida consideración tanto a los intereses públicos como a los individuales; en otras palabras, deben, por un lado, contribuir a apoyar el frente y, por el otro, despertar en los campesinos el interés por la restauración y desarrollo de la producción, lo que ayudará a mejorar sus condiciones de vida.
9. Cumplir la tarea de consolidar la organización de las células del Partido de acuerdo con nuestra política acertada.
10. Hacer que nuestro trabajo pase de la reforma agraria a la unión de todo el pueblo trabajador rural, así como a la organización de los terratenientes y campesinos ricos como fuerza de trabajo, para la lucha general por restaurar y desarrollar la producción agrícola. Comenzar a organizar grupos de intercambio de trabajo y otras entidades cooperativas de pequeñas proporciones, de acuerdo con los principios de la participación voluntaria y del intercambio de equivalentes; preparar las semillas, fertilizantes y combustible; elaborar los planes de producción; conceder, cuando sea necesario y posible, créditos agrícolas (principalmente préstamos para la adquisición de medios de producción, que deben ser reembolsados y que se distinguen estrictamente de los subsidios de socorro); trazar planes para construir obras hidráulicas donde exista posibilidad para ello.
He aquí todo el proceso de trabajo, desde la reforma agraria hasta la producción, proceso que es necesario hacer comprender a todos los camaradas dedicados directamente a la reforma agraria, para que puedan evitar puntos de vista unilaterales en su trabajo y llevar a cabo, sin faltar a las temporadas, todas las tareas arriba mencionadas en el otoño e invierno próximos.
   
Para lograr dichos objetivos, es necesario cumplir en los próximos tres meses, de junio a agosto, la siguiente labor:
pág. 263
   
1. Determinar las zonas donde aplicar la reforma agraria. Cada una de esas zonas debe reunir las tres condiciones siguientes:
   
a) Que hayan sido aniquiladas todas las fuerzas armadas enemigas y se haya estabilizado la situación; que no se trate de una zona inestable de guerrillas.
No conviene designar para la reforma agraria en 1948 ninguna de las zonas que carecen de cualquiera de estas tres condiciones. Por ejemplo, en vista de que no cumplen con la primera condición, no deben ser incluidos en el plan de reforma agraria de este año los sectores de las regiones liberadas en el Norte, Este, Nordeste y Noroeste de China que colindan con territorios enemigos, ni la mayor parte de la región comprendida entre los ríos Yangtsé, Juai, Amarillo y Janshui, región que se halla bajo la autoridad del Buró de las Planicies Centrales del Comité Central. La inclusión de estas zonas en el plan del próximo año dependerá de las circunstancias. Allí debemos hacer pleno uso de la experiencia adquirida durante el período de la Guerra de Resistencia contra el Japón, y aplicar la política social de reducir los arriendos y los intereses y de reajustar en forma adecuada las provisiones de semillas y víveres, así como la política financiera de distribuir en forma racional las cargas, a fin de unir en tomo nuestro o neutralizar a todas las fuerzas sociales que puedan ser unidas o neutralizadas, ayudar al Ejército Popular de Liberación a liquidar todas las fuerzas armadas del Kuomintang, y asestar golpes contra los tiranos locales que son políticamente los más reaccionarios. En estas zonas no se distribuirán ni las tierras ni los bienes muebles, porque se trata de zonas recién liberadas o colindantes con territorios enemigos, y la distribución allí no contribuiría a unir en tomo nuestro o neutralizar a todos los que puedan ser unidos o neutralizados para cumplir la tarea fundamental de liquidar las fuerzas reaccionarias del Kuomintang.
pág. 264
   
2. Asegurar el éxito de las conferencias de cuadros. En estas conferencias consagradas al trabajo de reforma agraria y al de consolidación del Partido, hay que explicar a fondo todas las medidas políticas justas relacionadas con estas dos tareas y trazar una clara línea entre lo que está permitido y lo que no lo está. Todos los cuadros dedicados al trabajo de reforma agraria y de consolidación del Partido deben estudiar concienzudamente y comprender a fondo los importantes documentos expedidos por el Comité Central, atenerse a todo lo dispuesto en ellos y no introducir ninguna enmienda sin autorización. Si ciertas partes de los documentos no corresponden a las condiciones locales, se pueden y se deben proponer enmiendas, pero toda enmienda efectiva se hará sólo con la aprobación del Comité Central. Los organismos dirigentes superiores de las diversas regiones deben efectuar los preparativos necesarios y apropiados para las conferencias de cuadros en los distintos niveles que se celebrarán este año. Es decir, antes de que se celebre una conferencia, un pequeño número de camaradas (uno de ellos asumirá la responsabilidad principal) se consultarán, plantearán y analizarán los problemas, prepararán un guión y examinarán minuciosamente su contenido y su forma (hay que tener cuidado de hacerlo claro y conciso y evitar la vacua verbosidad). Luego, se rendirá en la conferencia un informe, que será objeto de amplias discusiones; a la luz de las opiniones expresadas durante éstas, se completará y se revisará el guión, y se elaborará la versión definitiva; el documento final debe ponerse en circulación en todo el Partido y, en la medida de lo posible, publicarse en los periódicos. Es necesario oponerse al método empírico que consiste en lo siguiente: Antes de una conferencia no se efectúa ningún trabajo preparativo, no se plantean ni se analizan los problemas, y no se presenta ante ella un informe cuidadosamente elaborado y bien reflexionado en su contenido y forma, sino que se deja a los participantes entregarse a digresiones sin orden ni concierto, con lo que la conferencia se prolonga sin llegar a conclusiones precisas y circunstanciadas. Hay que prestar atención a la eliminación de este dañino método empírico si existe en el trabajo de dirección de cualquier buró o subburó del Comité Central o de cualquier comité regional, provincial o de prefectura del Partido. Las conferencias consagradas a la discusión de nuestra política no deben ser demasiado concurridas y, si se preparan bien, pueden ser breves. Generalmente conviene
pág. 265
que se reúnan más de diez personas, de veinte a treinta, o de cuarenta a cincuenta -- número variable de acuerdo con las circunstancias --, durante una semana más o menos. Las reuniones para transmitir nuestra política pueden tener una mayor concurrencia, pero tampoco deben durar demasiado. Sólo las conferencias que se celebran entre los cuadros superiores y medios para la consolidación del Partido, pueden tener mayor concurrencia y duración.
   
3. En la primera quincena de septiembre, o a más tardar en la segunda, todos los cuadros que han de participar directamente en la reforma agraria deben llegar a las aldeas e iniciar el trabajo. De otro modo será imposible utilizar enteramente el otoño e invierno próximos para consumar la reforma agraria, la consolidación del Partido y la formación de órganos del Poder y preparar la labranza de primavera.
   
En las conferencias de cuadros, así como en el curso del trabajo, hay que enseñar a los cuadros cómo analizar las situaciones concretas, y cómo determinar las tareas y métodos de trabajo en un lugar y momento dados partiendo de las situaciones concretas de las distintas regiones y teniendo en cuenta las condiciones históricas diferentes. Es preciso hacer distinciones entre las ciudades y las zonas rurales, así como entre las regiones liberadas antiguas, las semiantiguas, las regiones limítrofes con territorios enemigos y las regiones liberadas nuevas; en caso contrario, se cometerán errores.
   
Hay que considerar ya resuelto el problema agrario y no volver a plantear la cuestión de la reforma agraria en las regiones donde el sistema feudal ha sido abolido de modo radical, donde los campesinos pobres y los asalariados agrícolas han recibido aproximadamente la cantidad media de tierras que corresponde a cada uno y donde la diferencia (permisible) que existe aún entre sus parcelas de tierra y las
pág. 266
de los campesinos medios no es grande. En estas regiones, la tarea central es restablecer y desarrollar la producción, concluir la consolidación del Partido y la formación de órganos del Poder y apoyar el frente. Si en ciertas aldeas de estas regiones la distribución de las tierras aún no ha terminado o debe ser objeto de un reajuste, si aún es menester revisar la pertenencia de clase de algunos individuos y si algunos títulos de propiedad de la tierra aún quedan por adjudicar, estas tareas deben naturalmente cumplirse de acuerdo con las circunstancias reales.
   
En todas las regiones liberadas, se haya finalizado o no la reforma agraria, debemos orientar en este otoño a los campesinos a que cultiven los campos de trigo y aren parte de la tierra. En el invierno, debemos llamar a los campesinos a acumular fertilizantes. Todo esto es de una importancia capital para la producción agrícola y las cosechas de 1949 en las regiones liberadas, y debe ser realizado con la ayuda de medidas administrativas coordinadas con el trabajo de masas.
   
Es necesario poner fin, en forma resuelta, a ciertas manifestaciones de indisciplina o anarquía existentes en muchos lugares. Hay quienes modifican sin autorización la política y la táctica adoptadas por el Comité Central o por comités del Partido de niveles superiores y aplican una política y una táctica extremadamente dañinas, que van en contra de la voluntad y la disciplina únicas, pero que porfiadamente consideran correctas. También hay quienes, so pretexto de estar muy atareados, adoptan la actitud errónea de no pedir instrucciones antes de emprender una acción ni presentar después un informe, y consideran como un reino independiente la región que les ha sido confiada. Todo esto es en extremo perjudicial para los intereses de la revolución. Los comités del Partido en todos los niveles deben discutir esta cuestión una y otra vez y trabajar seriamente para poner término a tal indisciplina o anarquía, de modo que todos los poderes
pág. 267
que puedan y deban ser centralizados queden en manos del Comité Central y de los organismos que lo representan[1].
b) Que la distribución de la tierra la exija la abrumadora mayoría de las masas básicas (asalariados agrícolas, campesinos pobres y campesinos medios), y no una minoría solamente.
c) Que los cuadros del Partido estén, tanto por su número como por su calidad, realmente en condiciones de tomar en sus manos el trabajo de reforma agraria en vez de dejarlo entregado a la acción espontánea de las masas.
From Marx
to Mao |
Apuntes sobre |
From Marx to Mao |