* Palabras pronunciadas por el camarada Mao Tsetung en audiencia concedida al Presidium del II Congreso Nacional de la Liga de la Juventud de Nueva Democracia de China.
pág. 99
Bajo la dirección del Partido, la Liga se ha desempeñado activamente en el trabajo revolucionario en todos los terrenos y ha obtenido grandes éxitos. Sin la juventud, no podría triunfar la causa revolucionaria ni en las fábricas ni en las zonas rurales ni en el ejército ni en los centros docentes. La juventud china es muy disciplinada, y ha cumplido todas las tareas que le ha asignado el Partido. Ahora, con el término de la guerra de Corea y la conclusión de la reforma agraria, el centro de gravedad de nuestro trabajo en el país está trasladándose a las transformaciones socialistas y a la construcción socialista. De ahí la necesidad de aprender. La Liga debe aprender a dirigir a los jóvenes para que éstos, junto con los mayores, promuevan exitosamente la agricultura en el campo, la industria en la ciudad, el estudio en los centros docentes y el trabajo de oficina en las entidades oficiales, así como el entrenamiento en las unidades militares a efectos de la modernización de nuestro ejército de defensa nacional.
   
Los jóvenes, que andan entre los catorce y los veinticinco años, deben estudiar y trabajar; pero, siendo la juventud un período de desarrollo físico, sería muy peligroso desatender este aspecto. Los jóvenes tienen más necesidad de estudiar que los mayores, pues deben aprender muchas cosas ya aprendidas por éstos. Sin embargo; no se les debe echar cargas demasiado pesadas de estudio y de trabajo. A los jóvenes que están entre los catorce y los dieciocho años, en particular, no se les debe exigir que trabajen con la misma intensidad que los mayores. Los jóvenes necesitan más de recreaciones, de diversiones y gustan de saltar y jugar; si no se les permite hacerlo, quedarán descontentos. Con el tiempo, se enamorarán y querrán casarse. En todo esto difieren de los mayores.
   
Quisiera dirigir algunas palabras a los jóvenes: Primero, hago votos porque tengan buena salud; segundo, porque estudien bien, y tercero, porque trabajen bien.
   
Propongo que a los estudiantes se les conceda una hora más de sueño. Hasta ahora se ha destinado ocho horas; pero, en realidad, los estudiantes sólo duermen seis o siete horas, lo cual explica esta sensación de soñolencia que se advierte como un fenómeno general. Ya que los jóvenes estudiantes son propensos a la debilidad nerviosa, por lo común les cuesta conciliar el sueño y asimismo les cuesta despertar. Es imprescindible establecer un régimen de nueve horas de sueño; dictar una orden al respecto e imponer su cumplimiento, sin discusiones. Los jóvenes deben dormir bien y los maestros, a su vez, dormir lo suficiente.
pág. 100
La revolución ha traído muchas ventajas, pero también una desventaja, cual es la de que todos se han tornado tan entusiastas y afanosos en sus actividades que se fatigan en demasía. Ahora es preciso garantizar que todos, obreros, campesinos, soldados, estudiantes y cuadros, tengan buena salud. Desde luego, tener buena salud no conlleva necesariamente el logro de éxitos en el estudio, pues para el estudio se requieren, además, determinados métodos.
   
Actualmente es un poco largo el horario de estudio para los alumnos del primer ciclo de la enseñanza secundaria, y es recomendable acortarlo de manera apropiada. Los activistas tienen demasiadas reuniones, y aquí también se impone una reducción. Es menester dar plena consideración tanto al estudio como a las diversiones, el descanso y el sueño. Los jóvenes obreros, campesinos y soldados estudian al mismo tiempo que trabajan; en este caso también es necesario tomar plenamente en cuenta cada uno de los dos aspectos: el trabajo y el estudio, por un lado, y las recreaciones, el reposo y el sueño, por el otro.
   
Debemos agarrar firmemente uno y otro aspecto, tanto el estudio y el trabajo como el sueño, el descanso y las recreaciones. En el pasado sólo se agarraba firmemente uno de ellos, mientras el otro se lo agarraba pero sin firmeza o simplemente se lo dejaba de lado. Ahora se plantea la necesidad de agarrar con firmeza también este último aspecto, organizando algunas actividades recreativas que requieren tiempo y facilidades. El CC del Partido ha tomado la decisión de disminuir el número de reuniones y las horas de estudio, y a ustedes les corresponde supervisar su cumplimiento. Pueden exigir explicaciones al que no la cumpla.
   
En resumen, es necesario procurar que los jóvenes tengan buena salud, estudien bien y trabajen bien. En caso de que uno u otro camarada dirigente sólo exija a los jóvenes trabajar, sin preocuparse de su salud, pueden ustedes encararlo apoyándose en lo que acabo de decir. El argumento está bien fundado, pues lo que se busca es proteger a las nuevas generaciones de modo que se desarrollen mejor. A nosotros los de la vieja generación, nos tocó la peor parte, ya que los mayores no se preocupaban de los niños. Los mayores tenían una mesa donde comer mientras que los menores no. Los niños no tenían derecho a opinar en la familia y, si lloraban, se les pegaba. Ahora, en la nueva China, hay que modificar esta línea de conducta y pensar más en los jóvenes y adolescentes.
   
Es indispensable elegir cuadros jóvenes como miembros del Comité Central de la Liga. En la época de los Tres Reinos, Tsao Tsao
pág. 101
emprendió, al mando de un gran ejército, una expedición al Sur del Yangtsé para atacar al reino Wu Oriental. Entonces, Chou Yu, "miembro de la Liga de la Juventud", fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas de ese reino. En un principio, Cheng Pu y otros generales veteranos se manifestaron disconformes con la designación. Pero más tarde fueron convencidos y Chou Yu permaneció en su puesto. Gracias a ello, dicho reino ganó la batalla. Y hoy, cuando se quiere que los Chou Yu sean miembros del Comité Central de la Liga, ¡cuánta gente no lo desaprueba! ¿Está bien que se elija para ese organismo al mayor número posible de personas de edad madura, dejando muy pocos sitios a los jóvenes? Huelga decir que no debemos fijarnos exclusivamente en la edad, sino también en la capacidad. En un comienzo, `en la lista de candidatos a miembros del Comité Central de la Liga, sólo figuraban nueve con menos de treinta años de edad y, ahora, como resultado de una discusión del CC del Partido, ese número ha aumentado a más de sesenta y, aun así, esta cifra sólo representa poco más de una cuarta parte. A pesar de que los mayores de treinta años ocupan unos tres cuartos, hay camaradas que todavía afirman que son pocos. Pero yo diría que no. Algunos camaradas dicen no estar seguros de si los sesenta y tantos jóvenes poseen todos la capacidad requerida. Debernos tener plena confianza en estos jóvenes, la inmensa mayoría de los cuales alcanzarán ese nivel. Posiblemente uno que otro no esté a la altura de su responsabilidad, pero esto no debe ser motivo de alarma, ya que se le puede sustituir en una próxima elección. La manera de proceder señalada no puede ser errónea en su orientación fundamental. Los jóvenes no son inferiores a nosotros. Los viejos tenemos experiencia, y eso, desde luego, es una ventaja; pero fisiológicamente estamos declinando: Nuestra vista y nuestro oído ya no son tan agudos como antes, ni nuestras extremidades tan ágiles como las de los jóvenes. Esta es una ley de la naturaleza. Hay que hacer un trabajo de persuasión con aquellos camaradas que no comparten nuestro criterio.
   
Las organizaciones de la Liga de la Juventud deben tomar en consideración las características de los jóvenes y realizar el trabajo propio de su organismo al mismo tiempo que se someten a la dirección de los comités del Partido a los niveles correspondientes. Esta no es una invención, sino algo que existe desde hace mucho, y así lo ha dicho siempre el marxismo. Esto emana de la realidad. Los jóvenes son jóvenes. Si no, ¿para qué crear la Liga de la Juventud? Los jóvenes difieren de los mayores, y las muchachas, de los muchachos. Si pasamos por alto estas diferencias, nos separaremos de las masas. Ustedes tienen
pág. 102
ahora nueve millones de miembros. Si no prestan atención a las características de los jóvenes, el resultado será que tal vez sólo un millón de ellos los apoyen, mientras los restantes ocho millones les nieguen su respaldo.
   
Sin dejar de prestar atención a los jóvenes avanzados, en su trabajo la Liga debe poner los ojos en la mayoría. Al proceder así, es posible que algunos elementos avanzados no se sientan muy a gusto, pues ellos querrán que la Liga exija todavía más a todos sus miembros. Pero esto no sería muy conveniente, y por eso se debe disuadirlos. En el proyecto de Estatutos de la Liga se han estipulado demasiados deberes y pocos derechos; es necesario aflojar un poco para que la mayoría pueda mantener el paso. Ustedes deben poner el acento en la mayoría en vez de fijarse sólo en un pequeño número.
   
Según lo dispuesto en el proyecto de sus estatutos, todo miembro de la Liga que durante cuatro meses no haya tomado parte en su vida orgánica será considerado automáticamente fuera de la Liga; esta estipulación es demasiado drástica. Si incluso en los Estatutos del Partido se fijan seis meses como límite, ¿no podrían ustedes poner este mismo término? No deben incluir en los Estatutos de la Liga nada que sea inalcanzable, ni nada que esté al alcance sólo de un millón de sus miembros pero no de los otros ocho millones. Los principios se deben aplicar con flexibilidad. Hay cierta distancia entre lo que debe ser una cosa y lo que es en realidad. Incluso para que algunos artículos de tal o cual ley tengan efectiva aplicación se requieren unos años. Por ejemplo, muchos artículos de la Ley de Matrimonio, que revisten un carácter programático, requieren por lo menos tres quinquenios para su total ejecución. "No andar con chismes a espaldas de otros" es un punto correcto como principio, pero no hace falta consignarlo en los Estatutos de la Liga. La lucha contra el liberalismo será prolongada, y hasta en el Partido subsisten no pocas manifestaciones de liberalismo. De hecho, es imposible prohibir a la gente que profiera un solo denuesto contra otros a sus espaldas. No hay que imponer moldes demasiado estrechos, pues lo primordial es trazar una clara línea de demarcación entre nosotros y el enemigo.
   
El prestigio se adquiere de manera gradual. En un tiempo hubo gente en el Ejército que componía trovas injuriosas. Nosotros no lo proscribimos ni lo sometimos a investigación, y no por eso se derrumbó nuestro Ejército. Lo que hicimos fue poner nuestro empeño en las cosas importantes, tales como las Tres Reglas Cardinales de Disciplina
pág. 103
y las Ocho Advertencias, y de esta manera logramos, poco a poco, encauzar a nuestras tropas por un rumbo justo. La verdadera admiración que sienten las masas por los dirigentes nace del conocimiento que adquieren de ellos en la práctica revolucionaria. Sólo un verdadero conocimiento puede conducir a la confianza. El Comité Central de la Liga goza ya de un prestigio bastante elevado. Es cierto que todavía hay algunos que no lo admiran, pero poco a poco llegarán a admirarlo. A un muchacho que recientemente haya sido promovido a la dirección no debe inquietarlo el hecho de no gozar de mucho prestigio, pues esto no podrá lograrlo sino después de haber recibido algunas críticas e injurias. La existencia de la "pequeña radiodifusión" (rumores) se debe a que la "gran radiodifusión" no está bien desarrollada. Siempre que la vida democrática sea suficiente y que a la gente se le muestren sus llagas en su presencia, aunque se permita hacer la "pequeña radiodifusión" la gente dirá que no le queda tiempo para ello y que quiere descansar. Pero siempre existirán problemas y uno no debe pensar que todos ellos puedan ser resueltos de un solo golpe. Hay problemas hoy, y los habrá en el futuro.
   
La tarea general del Partido para el período de transición consiste en cumplir en lo fundamental, a través de tres planes quinquenales, la industrialización socialista y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. Tres planes quinquenales suponen quince años. Cada año se da un pasito y cada cinco años un gran paso. Con tres grandes pasos que demos, culminaremos más o menos dicha tarea. Cumplirla en lo fundamental no quiere decir cumplirla en su totalidad. La expresión "cumplirla en lo fundamental" es una manera prudente de hablar. En el manejo de las cosas, más vale ser prudente.
   
La agricultura china, que en su mayor parte es todavía una economía individual, tiene que pasar por una metódica transformación socialista. Al promover el movimiento de ayuda mutua y cooperación en la agricultura, debemos atenernos al principio de voluntariedad. No llevar adelante ese movimiento equivaldría a seguir el camino capitalista sería una desviación de derecha. Tampoco se puede proceder con precipitación, pues esto sería una desviación de "izquierda". Tenemos que realizar el movimiento con preparación y de manera metódica. Nunca hemos emprendido una batalla sin preparación y sin tener la seguridad de ganarla, o con preparación pero sin la seguridad de ganarla. En la guerra contra Chiang Kai-shek, al comienzo algunos
pág. 104
cometieron errores de subjetivismo. Pero más tarde, a través de la campaña de rectificación, se superó el subjetivismo, y así conquistamos la victoria. Ahora libramos la batalla por el socialismo, y en ella nos proponemos cumplir la industrialización socialista y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. Esta es la tarea general de todo el pueblo. En cuanto a cómo la Liga de la Juventud ha de llevar adelante esta tarea, ustedes deben tomar apropiadas disposiciones que concuerden con las características peculiares de los jóvenes.