Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 31
Agosto de 1945
I. TELEGRAMA DEL 13 DE AGOSTO
   
Hemos conocido por Radio Chungching dos despachos de la Agencia Central de Noticias, uno contiene la orden que usted nos envía y el otro, la orden suya para los mandos y soldados de las diversas zonas de guerra. La orden para nosotros dice: "Todas las unidades del XVIII Grupo de Ejércitos deben permanecer donde están, hasta nueva orden." Además, se habla en ella de cosas como prohibimos desarmar al enemigo. Su orden a los mandos y soldados de las diversas zonas de guerra fue transmitida por la Agencia Central de Noticias desde Chungching, con fecha 11 de agosto, como sigue: "el Mando Supremo ha enviado hoy por telégrafo a todos los mandos y soldados de las diversas zonas de guerra la orden de intensificar las operaciones militares y, de acuerdo con los planes militares y órdenes existentes, avanzar enérgicamente sin el menor relajamiento." Sostenemos que estas dos órdenes se contradicen. De acuerdo con la primera, nuestras unidades deben "permanecer donde están, hasta nueva orden", es decir, no atacar ni combatir. ¿Por qué nos exige que no luchemos más, cuando los agresores japoneses no se han rendido aún y continúan cada hora y cada minuto asesinando a los chinos y combatiendo a las tropas chinas, así como a las tropas soviéticas, norteamericanas y británicas, y, a su vez, las tropas soviéticas, norteamericanas y británicas combaten cada hora y cada minuto a los agresores japoneses? En cuanto a la segunda orden, la consideramos muy buena: "intensificar las operaciones militares y avanzar enérgi-
   
* Telegramas del Comandante en Jefe del XVIII Grupo de Ejércitos, redactado por el camarada Mao Tse-tung. En ese entonces, momento en que los agresores japoneses habían anunciado su rendición, pero aún no se habían rendido de hecho, e gobierno de Chiang Kai-shek, con la ayuda armada del imperialismo norteamericano monopolizó el derecho de recibir la rendición japonesa y preparó activamente una guerra civil contrarrevolucionaria enviando, so pretexto de recibir la rendición, fuerzas importantes para que avanzaran sobre las regiones liberadas. El camarada Mao Tse-tung escribió el primer telegrama con el objetivo de desenmascarar la faz contrrarevolucionaria de Chiang Kai-shek y poner alerta a todo el pueblo contra su complot de guerra civil. En el segundo telegrama se denunció aún más a fondo el complot armado por la camarilla de Chiang Kai-shek para desencadenar la guerra civil y se [cont. en pág. 33. -- DJR] formuló la propuesta de seis puntos del Partido Comunista de China para evitarla. Con el mismo objetivo, el camarada Mao Tse-tung escribió para la Agencia de Noticias Sinjua dos comentarios: "Chiang Kai-shek está provocando la guerra civil" y "Sobre la declaración de un vocero de Chiang Kai-shek", incluidos en este tomo. Gracias a la firme y decidida posición del Partido Comunista de China de no dejarse intimidar jamás por las bravatas reaccionarias de Chiang Kai-shek, crecieron rápidamente el territorio de las regiones liberadas y las filas del Ejército de Liberación, y Chiang Kai-shek, bajo la fuerte presión política ejercida tanto en el país como en el extranjero contra la guerra civil en China, tuvo que cambiar de táctica, fingir un gesto de paz e invitar al camarada Mao Tse-tung a Chungching para realizar negociaciones de paz.
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camente sin el menor relajamiento". ¿Esa sí que es una orden! Pero desgraciadamente usted ha dado esta orden sólo a sus propias tropas, y no a nosotros; a nosotros nos ha dado otra totalmente diferente. el 10 de agosto, Chu Te dio a todas las fuerzas armadas antijaponesas en las diversas regiones liberadas de China la orden[1] de actuar precisamente en el espíritu de "intensificar las operaciones militares" Además, la orden especificaba que, al "intensificar las operaciones militares", debían ordenar a los agresores japoneses que se rindieran, y apoderarse de las armas y demás material de las tropas japonesas y las tropas títere. ¿No está esto muy bien? Sin duda alguna está muy bien; sin duda alguna, corresponde al interés de la nación china. Pero, "permanecer donde están, hasta nueva orden" no corresponde, en efecto, al interés nacional. Nosotros sostenemos que usted ha dado una orden errónea, tan errónea que no podemos por menos de declararle que la rechazamos categóricamente, pues esta orden no sólo es injusta, sino que va contra el interés nacional de China y beneficia únicamente a los agresores japoneses y a los traidores a la patria.
   
En estos momentos en que nuestro enemigo común, el Gobierno japonés, ha aceptado los términos de la Declaración de Potsdam y anunciado su rendición, pero aún no se ha rendido de hecho, por e presente telegrama pongo en su conocimiento, a nombre de todas la fuerzas armadas antijaponesas y de los 260 millones de habitante de las regiones liberadas y las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China, la declaración y las exigencias siguientes.
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Ahora que la Guerra de Resistencia contra el Japón llega a un victorioso final, llamo su atención sobre lo que ocurre en el actual teatro de la guerra en China. En las extensas regiones abandonadas por usted y ocupadas por el enemigo y los títeres, nosotros, contra la voluntad de usted y como resultado de ocho años de dura lucha, hemos reconquistado cerca de un millón de kilómetros cuadrados de territorio; hemos liberado más de 100.000.000 de habitantes; hemos organizado un ejército regular de más de 1.000.000 de hombres y una milicia popular con más de 2.200.000 hombres; hemos creado diecinueve grandes regiones liberadas en el territorio de las diecinueve provincias de Liaoning, Yejé, Chajar, Suiyuán, Jopei, Shansí, Shensí, Kansú, Ningsia, Jonán, Shantung, Chiangsú, Anjui, Jupei, Junán, Chiangsí, Chechiang, Fuchién y Kuangtung[2], y hemos cercado, excepto en pocas zonas, la mayoría de las ciudades y poblados, importantes vías de comunicación y sectores del litoral ocupados por el enemigo y los títeres desde el Incidente del 7 de Julio de 1937[3]. Además, en las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China (con una población de 160.000.000), hemos organizado un numeroso ejército clandestino a fin de asestar golpes al enemigo y los títeres. En lo que atañe a las operaciones militares, hasta hoy continuamos resistiendo y cercando el 69 por ciento de las tropas invasoras japonesas en China (sin contar las del Nordeste) y el 95 por ciento de las tropas títere. El gobierno y las fuerzas armadas de usted, por el contrario, han seguido siempre la política de observar con los brazos cruzados, aguardar la victoria, conservar las fuerzas y preparar la guerra civil; no sólo se han negado a reconocer y abastecer nuestras regiones liberadas y nuestras tropas, sino que nos han cercado y atacado con una inmensa fuerza de 940.000 hombres. Las tropas y la población de las regiones liberadas de China han padecido toda clase de sufrimientos a consecuencia de los ataques de las tropas japonesas y las
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tropas títere, por una parte, y de las tropas de usted, por la otra; sin embargo, jamás han debilitado ni en lo más mínimo su determinación de perseverar en la Guerra de Resistencia, en la unidad y en la democracia. El pueblo de las regiones liberadas y el Partido Comunista de China han propuesto muchas veces a usted y a su gobierno que sea convocada una conferencia de todos los partidos y que se forme un gobierno de coalición, democrático y nacional, para poner fin a las contiendas internas, movilizar y unir las fuerzas populares antijaponesas en toda China, llevar la Guerra de Resistencia a la victoria y asegurar la paz después de la guerra. Pero nuestras proposiciones han sido invariablemente rechazadas por usted y su gobierno. Nosotros estamos en extremo descontentos con todo esto.
   
El país enemigo firmará pronto su rendición, pero usted y su gobierno continúan haciendo caso omiso de nuestras opiniones; más aún, me dieron el 11 de agosto una orden muy absurda y, so pretexto de desarmar al enemigo, ordenaron a sus tropas ejercer una gran presión militar sobre las regiones liberadas; él peligro de guerra civil es, por tanto, más serio que nunca. Todo esto nos obliga a presentar a usted y a su gobierno las siguientes exigencias:
   
1. Exijo que usted nos consulte a fin de llegar a un criterio común, antes que usted, su gobierno y su Alto Mando reciban la rendición del Japón y los títeres y concluyan cualquier acuerdo o tratado posterior a la rendición, pues usted y su gobierno han provocado el descontento del pueblo y no pueden representar a las amplias masas populares ni a ninguna de las fuerzas armadas populares antijaponesas de las regiones liberadas y de las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China. Nos reservamos el derecho de expresar nuestra opinión en caso de que los acuerdos o tratados incluyan, sin nuestro previo consentimiento, cualquier punto que concierna a las fuerzas armadas populares antijaponesas de las regiones liberadas y de las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China.
   
2. Todas las fuerzas armadas populares antijaponesas de las regiones liberadas y de las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China tienen el derecho, de acuerdo con la Declaración de Potsdam y las medidas formuladas por los aliados para recibir la rendición enemiga[4], de recibir la capitulación de las tropas japonesas y las tropas títere cercadas por nosotros, tomar posesión de sus armas y materiales y asumir la responsabilidad de llevar a la práctica todas las estipulaciones que formulen los aliados después de recibir la ren-
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dición del Japón. El 10 de agosto ordené a las fuerzas armadas de las regiones liberadas de China que intensificaran sus ataques contra las tropas enemigas y que se prepararan para recibir la rendición de éstas. El 15 de agosto ordené a Yasuji Okamura, comandante en jefe de las fuerzas enemigas, que se rindiera con sus tropas[5]; esta orden, sin embargo, se aplica sólo a la esfera de operaciones de las fuerzas armadas de las regiones liberadas, y no a otras regiones. Considero que mis órdenes son muy razonables y corresponden plenamente a los intereses comunes de China y de los aliados.
   
3. Las amplias masas populares y todas las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas y de las regiones ocupadas por los agresores japoneses en China tienen el derecho de enviar sus representantes a recibir, junto con los aliados, la rendición del enemigo y a participar en el arreglo de todos los asuntos que surjan a raíz de la capitulación del país enemigo.
   
4. Las regiones liberadas y todas las fuerzas armadas antijaponesas de China tienen el derecho de designar su propia delegación para participar en la futura conferencia de paz que concierna al Japón, así como en toda conferencia de la Organización de las Naciones Unidas.
   
5. Le pido que evite la guerra civil. La manera de hacerlo es que las fuerzas armadas de las regiones liberadas reciban la rendición de las tropas japonesas y las tropas títere por ellas cercadas, y que las fuerzas armadas de usted, a su vez, reciban la rendición de las tropas japonesas y las tropas títere por ustedes cercadas. Esto, además de ser la práctica establecida en todas las guerras, es particularmente indispensable para evitar la guerra civil. Si usted actúa de otra manera, ello traerá consecuencias adversas. Le hago ahora una seria advertencia al respecto y le pido no la trate a la ligera.
   
6. Le pido que ponga fin inmediatamente a la dictadura de un solo partido, convoque una conferencia de todos los partidos para formar un gobierno democrático de coalición, destituya de sus puestos a los funcionarios corruptos y a todos los reaccionarios, castigue a los traidores a la patria, suprima los servicios secretos, reconozca la legalidad de los diversos partidos (el Partido Comunista de China y todos los partidos democráticos han sido hasta ahora considerados ilegales por usted y su gobierno), derogue todas las leyes y decretos reaccionarios que reprimen las libertades del pueblo, reconozca los gobiernos elegidos por el pueblo y las fuerzas armadas antijaponesas de las regiones liberadas de China, retire las tropas que cercan estas
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regiones, ponga en libertad a los presos políticos y realice reformas económicas y otras reformas democráticas.
   
Además, el 13 de agosto envié a usted un telegrama en respuesta a su orden del 11; es de suponer que ya lo ha recibido. Aquí declaro una vez más que su orden es completamente errónea. El 11 de agosto usted ordenó a mis tropas "permanecer donde están, hasta nueva orden", es decir, no atacar más al enemigo. Sin embargo, no sólo era verdad el u de agosto, sino incluso lo es hoy (16 de agosto), que el Gobierno japonés se ha rendido solamente de palabra, y no de hecho; aún no se ha firmado ningún acta de rendición, ni se ha producido ninguna rendición efectiva. Esta opinión mía coincide por entero con la de los aliados: Inglaterra, los EE.UU. y la Unión Soviética. El 11 de agosto, el mismo día en que usted me envió su orden, el mando del ejército británico del frente de Birmania anunció: "La guerra contra el Japón aún prosigue." Nimitz[6], comandante de las fuerzas norteamericanas, declaró: "No sólo se mantiene el estado de guerra, sino que la guerra debe ser proseguida con todas sus devastadoras consecuencias." El mando del Extremo Oriente del Ejército Rojo soviético manifestó: "El enemigo debe ser aniquilado sin cuartel." El 15 de agosto, el general de ejército Antonov, jefe del Estado Mayor Central del Ejército Rojo, hizo la siguiente declaración:
   
"La comunicación hecha el 14 de agosto por el emperador japonés referente a la rendición del Japón constituye tan sólo una declaración general de rendición incondicional. Aún no se ha dado la orden de suspender las acciones bélicas a las fuerzas armadas, y las tropas japonesas continúan la resistencia. En consecuencia, no hay aún rendición efectiva de las fuerzas armadas del Japón. La rendición de las fuerzas armadas del Japón podrá considerarse como efectiva sólo a partir del momento en que el emperador japonés ordene a sus fuerzas armadas poner término a las acciones bélicas y deponer las armas, y cuando esta orden sea cumplida en la práctica. En vista de lo dicho más arriba, las fuerzas armadas de la Unión Soviética en el Extremo Oriente continuarán sus operaciones ofensivas contra el Japón."
   
Por lo expuesto, se ve que, de todos los comandantes en jefe de las fuerzas aliadas, sólo usted ha dado una orden absolutamente errónea. Considero que este error se origina en sus propósitos egoístas y que es de una naturaleza extremadamente grave; esto quiere decir que su orden sirve a los intereses del enemigo. Por lo tanto, manteniendo
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la posición de defender los intereses comunes de China y de los aliados, me opondré categórica y completamente a su orden mientras usted no reconozca su error y no la revoque públicamente. Ahora sigo ordenando a las unidades armadas a mi mando que realicen decididos ataques contra el enemigo, en coordinación con las fuerzas armadas de la Unión Soviética, EE.UU. e Inglaterra, hasta que el enemigo ponga fin realmente a las hostilidades y entregue las armas y que se recupere enteramente todo el territorio patrio. Declaro a usted que, como militar patriota que soy, no puedo obrar de otra manera.
   
Pido a usted dé pronta respuesta a todo lo dicho.
   
[Nota -- En el texto impreso, la siguiente nota del editor empieza al pie de la página que sigue. -- DJR]
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Apuntes sobre |
pág. 37
[1]
Véase el presente tomo, págs. 28-29, "Chiang Kai-shek está provocando la guerra civil", nota 1.
[pág. 32]
[2]
Las diecinueve regiones liberadas eran: Shensí-Kansú-Ningsia, Shansí-Suiyuán, Shansí-Chajar-Jopei, Jopei-Yejé-Liaoning, Shansí-Jopei-Jonán, Jopei-Shantung-Jonán, Shantung, Norte de Chiangsú, centro de Chiangsú, Sur de Chiangsú, Norte del río Juai, Sur del río Juai, centro de Anjui, Chechiang, Kuangtung, Chiungya (isla de Jainán), Junán-Jupei-Chiangsí, Jupei-Jonán-Anjui y Jonán.
[pág. 33]
[3]
El 7 de julio de 1937, las fuerzas invasoras japonesas atacaron la guarnición china de Lukouchiao, a más de diez kilómetros al Sudoeste de Pekín. Influida por el impetuoso movimiento antijaponés de todo el pueblo, la guarnición china les opuso resistencia. Este Incidente marcó el comienzo de la heroica Guerra de Resistencia del pueblo chino contra el Japón, que duró ocho años.
[pág. 33]
[4]
El 10 de agosto de 1945, el Gobierno japonés notificó a la Unión Soviética, China, EE.UU. e Inglaterra su deseo de rendirse. El 11 de agosto, los Gobiernos de las cuatro potencias respondieron que "todas las autoridades de las fuerzas japonesas de tierra, mar y aire" y "todas las fuerzas por ellas controladas, dondequiera que se encuentren", debían "poner fin a las operaciones activas" y "entregar sus armas".
[pág. 34]
[5]
Yasuji Okamura era entonces comandante en jefe de las fuerzas invasoras japonesas en China. La orden del Comandante en Jefe Chu Te a Yasuji Okamura decía:
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[6]
Chester W. Nimitz era entonces Comandante en jefe de la Flota del Pacífico y del Teatro de la Guerra del Pacífico, de los EE.UU.
[pág. 36]
1) El Gobierno japonés ha aceptado oficialmente los términos de la Declaración de Potsdam y ha anunciado su rendición.
2) Usted debe ordenar a todas las tropas a su mando poner fin a las operaciones militares; dichas tropas, excepto las cercadas por las tropas del gobierno del Kuomintang, deben rendirse a nosotros según las órdenes del VIII Ejército, el Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército y la Columna Antijaponesa del Sur de China, de las regiones liberadas.
3) Con respecto a la rendición de las tropas japonesas en el Norte de China. Usted debe ordenar al general Sadamu Shimomura designar un repre-
sentante que vaya a la zona de Fuping del VIII Ejército a recibir órdenes d general Nie Yung-chen; con respecto a la rendición de las tropas japonesas en el Este de China, usted mismo debe designar un representante que vaya a zona de Tienchang, donde está el Cuartel General del Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército, a recibir órdenes del general Chen Yi; con respecto a la rendición de las tropas japonesas en las provincias de Jupei y Jonán, usted debe orden a su representante en Wuján que vaya a la zona de las montañas Tapie de la división del Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército a recibir órdenes del general Li Sien-nien; con respecto a la rendición de las tropas japonesas en Kuangtung usted debe ordenar a su representante en Cantón que vaya a la zona de Tungguan de la Columna Antijaponesa del Sur de China a recibir órdenes del general Tseng Sheng.
[pág. 35]
4) Todas las tropas japonesas en el Norte, Este centro y Sur de China (excepto las cercadas por las tropas del Kuomintang) deben conservar intactas las armas y demás materiales, en espera de que nuestro ejército reciba su rendición, y no deben aceptar órdenes que no provengan del VIII Ejército d Nuevo 4ƒ Cuerpo de Ejército o de la Columna Antijaponesa del Sur de China
5) Todos los aviones y buques en el Norte y Este de China deben permanecer donde están, pero los buques anclados a lo largo del litoral chino del mar Amarillo y del golfo de Pojai deben concentrarse en Lienyunkang, Chingtao Weijaiwei y Tientsín.
6) No deben destruirse los materiales o instalaciones.
7) Usted y los mandos del ejército japonés en el Norte, Este, centro Sur de China serán considerados enteramente responsables del cumplimiento de la presente orden.
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